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CRITICA
Por: PACO CASADO
Producciones sobre timadores ha habido algunas a lo largo de la historia del cine que fueron realmente memorables, y en este sentido se llevan la palma los directores americanos, pero no ocurre lo mismo en nuestra cinematografía.
Sin embargo en este caso lo ha intentado un andaluz, Antonio Cuadri, natural de Trigueros (Huelva) en compañía de un vasco a la hora de escribir el guion Patxo Tellería, nacido en Bilbao, que sirve de base para este simpático embrollo cómico.
Una pícara comedia sobre el mundo del cine, de timadores, traiciones y engaños en la que un productor de cine arruinado y sin escrúpulos decide volver al Festival de cine de San Sebastián para engañar a Pamela Williams, una inversora millonaria mexicana que le interesa lavar dinero negro, y así salvar su empresa, para la que dice haber contratado al famoso actor Ray Silvela, que en realidad ha rechazo la oferta para trabajar en la película.
Para ello se aprovecha de la asistencia al Festival de cine de San Sebastián para firmar el contrato y de esa manera llevar a cabo la gran estafa de varios millones de dólares.
El guion habla de cine, de picaresca, de productores de siempre de entre los que ha habido que han tenido sus tejemanejes para poder sacar adelante sus producciones e incluso algunos que se han arruinado con ellas y otros más pillos han sabido salir adelante con trucos y trampas montando un film sin tener el dinero y engañando a alguien para que se lo aportara.
El guion está muy pensado tratando de darle una entidad a cada uno de los personajes algo en lo que se entretiene en la primera parte de la cinta, que va de menos a más, un poco a paso lento, hasta que en los metros finales coge ritmo, complica bastante la historia con mucho ingenio recordando algunos notables títulos de este género con grandes estafas como 'El golpe', o más cercanamente 'Nueve reinas', por ejemplo, títulos tenidos en mente a la hora de confeccionar el libreto donde todos se engañan entre sí, resultando ganador el más listo de todos ellos, sin dejar de pensar que se trata de una comedia, no de un thriller policiaco serio.
La trama se complica algo más con la intromisión en la historia de unos mafiosos rusos que tratan de recuperar un dinero que le han robado, en este tramposo juego de mentiras y engaños, traiciones y amor en el que nada es lo que parece y los giros inesperados se producen con frecuencia.
Puntales en esta historia son Jordi Mollà que se desdobla en varios personajes: Litarco, un camarero onubense de un club de alterne elegido por su parecido para caracterizarse de Ray Silvela, un actor sudamericano (cubano) al que ha de imitar en ambos casos hablando con el acento propio de cada uno de ellos y Karra Elejalde como Marcos Ruiz de Aldazábal, el productor sin escrúpulos, arruinado, que están ambos muy bien.
Una especie de homenaje al mundo del cine de unos personajes que su pasión por el mismo les lleva a saltarse la ley, en esta divertida comedia que se deja ver con agrado.
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