|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Un grupo de obreros de una fábrica de ascensores descubre que la administración está robando maquinaria y diversos materiales de su propia fábrica, se niegan a decir por qué lo hacen y se sospechan que quieren cerrarla.
Ante la espantada de la directiva, poco a poco, en la que les van dejando solos, lo único que les falta ya es quitarles el suelo bajo los pies, siendo la pretensión de la empresa clausurarla a lo que se oponen de frente los obreros.
Pero ellos deciden resistir en sus puestos de trabajo, sin ninguna labor que hacer, y mientras tanto organizan una revolución que se inicia en esta fábrica de nada, donde los cimientos del capital se tambalean cada vez más.
Para que desistan de su actitud la empresa les ofrece indemnizaciones tentadoras y prejubilaciones, que rechazan, y en último intento llamando a la policía para deshalojarlos de los lugares de trabajo.
La cinta hace una reflexión sobre los conflictos laborales, políticos, sociales, la falta de puestos de trabajo, la explotación de la mano de obra cualificada, los despidos, pero la cuestión es que lo hace de forma excesivamente discursiva, con abundancia de diálogos y discusiones que llegan a fatigar al espectador.
Pedro Pinho, director procedente del documental, dio la sorpresa al lograr la hazaña imposible, con ésta su ópera prima en el largometraje de ficción, de poner a la crítica de acuerdo, que de manera unánime se entusiasmó con la energía subversiva de este valiente film que le otorgó el premio Fipresci en el Festiva de cine de Cannes.
El principal problema de esta película, rodada en 16 milímetros, es que resulta un tanto irregular y desequilibrada lo que se desprende de unos argumentos desprovistos de toda validez de la dirección en su realización.
Por otra parte está la excesiva duración de la misma, de casi tres horas, que le hace perder el ritmo, en la que se le da vueltas al problema una y otra vez en constantes discusiones entre los propios obreros en las decisiones a tomar e incluso de otras personas que vienen de fuera que también opinan sobre el problema e intentan aportar soluciones al conflicto llegando incluso a la idea de autogestionarse ellos mismos.
Comercialmente nos da la impresión que tal como está planteado el film este tema no le interesa mayoritariamente al gran público, que bastante problemas tienen ya con los propios como para calentarse la cabeza contemplando los de los demás.
En otras acciones paralelas se nos muestran las dificultades familiares de algunos de los afectados y para terminar de alargar el metraje se introduce en los metros finales unos números musicales llevados a cabo por los propios trabajadores que en algunos momentos nos recuerdan a los protagonistas de aquella cinta inglesa titulada 'Full Montis'.
El guion, basado en la novela de Jorge Silva Melo, que al principio iba a ser la adaptación de una obra teatral, al parecer se inspira libremente en la huelga que llevaron a cabo los ex trabajadores de la empresa OTIS que entre 1975 y 2016 autogestionaron la planta de producción de Lisboa.
La película está protagonizada por los propios obreros, actores no profesionales, que interpretan sus propios problemas.
Premio Fipresci en el Festival Cannes. Premio del jurado a la mejor dirección y Especial del jurado a Pedro Pinho en el Festival de Duhok. Premio Adolph Zukor en el CineFest Jameson. Premio CineVision al mejor film en el Festival de Munich.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BSO
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS