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CRITICA
Por: PACO CASADO
El carismático aventurero inglés Robert Cavendish, un joven atractivo y brillante, tiene toda la vida por delante pero cuando contrae el virus de la polio en 1958, a los 28 años, le provoca una parálisis de su cuerpo del cuello hacia abajo dejándolo tetrapléjico lo que le ata a un respirador para siempre, pero conservando íntegras todas sus facultades mentales.
Ante esta situación los médicos le dan unos meses de vida pero Diana Blacker, su mujer, lo saca del hospital en contra de la recomendación de los facultativos.
Antes de contraer la enfermedad su esposa se queda embarazada. Al principio él deseaba morir al verse en ese estado pero su persistencia, ingenio y determinación, les permitieron sobreponerse a la enfermedad y su actitud fue, para todos, un ejemplo de valentía y de ganas de vivir.
Un amigo profesor de Oxford inventa una silla que lleva acoplado un respirador portátil que se alimenta con una batería que le da autonomía para salir, al menos durante tres horas, lo que le permite abandonar el hospital y hacer vida doméstica en su casa e incluso poder viajar.
Una historia basada en hechos reales que narra la inspiradora lucha de esta pareja cargada de optimismo que le llevó a vivir hasta los 64 años en este biopic de superación personal.
El guion nos va contando los distintos pasos de la vida de este matrimonio que a pesar de la dificultad con la que se encuentra, lejos de romperse se une más, sacando fuerzas de flaqueza, especialmente ella, lo que le infunde ánimo a él de querer seguir viendo ante la desesperada situación en que se encuentra su cuerpo, que a su vez va contagiando a su hijo de la alegría y el coraje de vivir, lo que al mismo tiempo une a esta familia apoyada por los amigos que les ayudan en todo momento.
La narración distribuye muy bien los tiempos de esta historia en la que cuando parece que todo está dicho remonta el vuelo y le da energía para seguir hasta el final con optimismo ante el futuro.
Pero la enfermedad es implacable y finalmente comienza a hacer estragos en su cuerpo lo que resulta irreversible.
La película además de contar la historia de Robin que superó la enfermedad y todas las dificultades con humor, y alegría, también hizo una importante labor para los discapacitados a los que ayudó a salir de los hospitales y a vivir en el mundo exterior con los avances en las sillas de ruedas con respirador artificial incorporado lo que mejoró la medicina de la época.
Andy Serkis a pesar de haber intervenido en más de ochenta títulos de cine y televisión como actor, su rostro apenas si es conocido ya que casi siempre ha actuado con captura de movimiento o poniendo su voz en importantes films que fueron grandes éxitos tales 'El señor de los anillos', 'King Kong', 'El planeta de los simios', etc. y ahora sigue ocultando su cara al pasar a la dirección con 'Una razón para vivir' (2917) con la que debuta en este apartado y a decir verdad no lo hace mal salvando la prueba con bastante oficio en una realización clásica, dirigiendo con el tono de un veterano a pesar de ser debutante.
Tiene la ayuda de un estupendo trabajo de Claire Foy en el papel de la abnegada esposa y el esfuerzo de Andrew Garfield limitado a expresarse sólo con el rostro que es lo único que no tiene paralizado.
También cuenta con una bella fotografía que saca partido de los paisajes africanos.
A ver cuándo los directores extranjeros que ruedan en España se asesoran para no hacer el ridículo en las escenas flamencas.
Uno de los productores es Jonathan Cavendish el hijo del biografiado a quien está dedicada la cinta. La esposa aún vive.
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