|
CRITICA
Por: PACO CASADO
'Terminator 2: El juicio final' (1991) es algo tan simple como la lucha entre el bien y el mal y eso todo el mundo lo puede entender. Tal vez por ahí comienza el impresionante éxito de esta película.
Todo se reduce a repetir de nuevo la misma historia que ya nos contó James Cameron en 'Terminator' (1984) pero cambiando el signo de los protagonistas y con ligeras variantes, pero es más espectacular, si cabe, que la primera, aunque para ello haya tenido que dejar algo en el camino, ya que a base de espectacularidad, hasta puede ser un poco repetitiva.
De todas formas, los sabios realizadores americanos saben dotar al film de los elementos necesarios para que el público no se aburra y se quede clavado en la butaca desde el primer momento, entreteniéndole y asombrándole con unos efectos especiales, cada vez más perfeccionados.
En esta ocasión se trata de dos Terminators los que son enviados a la Tierra para matar uno y defender el otro a John, el hijo de Sarah Connor, ya nacido, mientras ella está encerrada en una especie de manicomio.
Se da la circunstancia que el Terminator que antes fue enviado para destruir ahora se le ha cambiado el signo y viene a defender, mientras que su enemigo, el destructor, es un modelo superior T-1000 más avanzado y poderoso, por lo que la lucha, como siempre, será desigual, aunque terminará venciendo el bien como estaba previsto desde el principio, aunque al final aguarde alguna que otra sorpresa.
James Cameron en cuya filmografía destacan títulos como 'Aliens: El regreso' (1986) cuya primera parte de Ridley Scott fue todo un descubrimiento y un mito cinematográfico, y 'Abyss' (1989), que no dejaba de ser una cinta interesante y original de ciencia ficción, género que parece ser su preferido.
Lógicamente había que aprovechar el hallazgo y el éxito de la primera, 'Terminator' (1984), y hacer una continuación que, a base de ser espectacular con un presupuesto altísimo y un derroche de efectos especiales, se ha convertido en la película más cara de la historia del cine hasta esa fecha.
Y en ello reside también su comercialidad, ya que es todo un gran espectáculo, una especie de gran falla valenciana en la que todo es una traca final desde que comienza con su inquietante arranque hasta el término del relato en el que no para la acción y la violencia.
Por su fuera poco se incluye una apocalíptica visión del fin de la humanidad en un sueño de la protagonista, para no dar el más mínimo momento de respiro al espectador.
No deja de tener también un mensaje pacifista lo cual no viene nada mal en el conflictivo mundo que nos ha tocado vivir pero que posiblemente se diluya entre tanta violencia a pesar de que el protagonista se niega a matar y únicamente se dedica a quebrar las piernas de sus rivales.
Todo ello hace que entre tanta violencia no falte tampoco la pincelada de humor para poder respirar de vez en cuando.
No cabe aquí hablar de la interpretación de los actores ya que el protagonisa no es otro que los efectos especiales, la habilidad de la dirección para mantener el ritmo y la acción de un guion bien dosificado y dirigido para tal fin.
En definitiva y a juzgar por el entusiasmo levantado estamos ante un éxito cinematográfico en el que si bien su director y guionista en principio se cierra las puertas, el héroe continuará su camino. Para el cine todo es posible.
Cuatro Oscar: Sonido, efectos especiales, maquillaje y efectos visuales. Dos Bafta: sonido y efectos visuales. Mejor música y maquillaje en los premios Fangoria. Récord Guinness de efctos visuales. Premio Hugo a la mejor presentación dramática, entre otros.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE