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CRITICA
Por: PACO CASADO
Recientemente hay dos títulos que tienen por escenario el K2, la misma montaña que esta película, 'K2' (1992), de Franc Roddam y 'Grito de piedra' (1991), de Werner Herzog.
'Máximo riesgo' (1993) tiene un arranque similar.
El especialista en cine de aventuras, Martin Campbell, director entre otras de 'Goldeneye' (1995) y 'La máscara del Zorro' (1998), hace algo más que un documental sobre alpinistas temerarios, ya que pone por debajo la heroicidad y el riesgo, el valor y el amor a la familia, por la que se sacrifica el protagonista.
Peter es un joven traumatizado por un sentimiento de culpa tras un incidente en la montaña que le hace abandonar este deporte y dedicarse a la fotografía.
Annie, su hermana, a la que tendrá que rescatar en una arriesgada misión que ha puesto su vida en peligro, le reprocha que no siga con el sueño de su padre.
El film tiene una anécdota argumental realmente corta, pero el guion distribuye sabiamente los momentos de emoción, ya sean a base de ventiscas, avalanchas, desprendimientos o el riesgo de muerte por congelación, que mantienen el interés.
Es verdad que posee otros muy convencionales, como el hecho de transportar nitroglicerina en mochilas o salvarse a golpe de piolet de forma inverosímil.
Las escenas de riesgo adornan bien la trama y constituyen un agradable divertimento, predecible, pero lleno de sobresaltos y emociones.
Campbell sabe rodar cine de acción y en este sentido se luce. Música adecuada de James Newton Howard.
Ganó el premio de los críticos de Phoenix a los mejores efectos visuales que también fueron nominados a los Bafta.
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