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CRITICA
Por: PACO CASADO
Gracia Querejeta nació al mundo del cine con 'Una estación de paso' (1992), una especie de reflexión sobre la infancia. Echó a andar con 'El último viaje de Robert Ryland' (1996), una historia de amor donde además se hablaba de homosexualidad y eutanasia. Y ha madurado con 'Cuando vuelvas a mi lado' (1999), un doble viaje, físico y espiritual, de cinco mujeres, donde también entran en juego los celos, la duda que corroe el amor que puede destruir una vida, el incesto y los secretos familiares.
El motivo que une a tres hermanas, que no se ven hace tiempo, es la muerte de su madre, Adela, para cumplir su última voluntad: dividir sus cenizas y entregarlas a la tres personas que fueron claves en su vida: su tía Rafaela, su marido Joao que la abandonó y Santos, el chofer.
Los tres son partícipes de su secreto.
Adela es una especie de Otelo femenino, celosa hasta el límite, que cree que su marido tiene una relación incestuosa con Gloria, su hija mayor.
Ahora Gloria es una mujer que ronda los cincuenta, metódica y responsable, que confiesa que su padre es el hombre al que más ha querido.
Ana, la segunda, es rebelde, contestona, liberal en lo sexual, abierta y de carácter alegre.
La pequeña es Lidia, la más inocente, y está embarazada. Todas son solteras.
Adela se casó con Joao, un cubano, enloqueció tras abandonarla y quedó muda durante 30 años.
Rafaela es la tía que la cuidó. Resignada solterona, aficionada a echar las cartas y ya vieja, que le dijo el día de su boda que sería feliz y desgraciada.
Es el único personaje que sigue el tránsito del pasado y del presente.
Durante el viaje las tres hermanas tienen ocasión de sacar sus demonios, de conocerse mejor, mientras van recordando anécdotas y situaciones del pasado que nos enriquecen su dibujo.
(¡Qué espléndido uso del flash-back!)
El guion hace una pintura perfecta de estas cinco mujeres que pivotan en torno a un hombre.
Algo más desdibujados están los caracteres masculinos, pero son ellas las protagonistas de esta historia de amor y de sentimientos, contada con personalidad en este juego de relaciones que igual generan odio que ternura.
Historia terrible, compleja y fácil a un tiempo, desgarradora y humana, contada con ternura, de forma sólida, convincente, manejando de manera experta a estas cinco actrices que están a cual mejor.
Su estupenda interpretación nos va dando de manera gradual el carácter de cada personaje, muy bien guiadas por la dirección, con delicadeza de alma femenina.
Recibió el premio especial del Jurado y el de la mejor fotografía para Alfredo Mayo en el estival de San Sebastián. Premio Turia para Merecedes Sampietro. Premio del CEC a la fotografía.
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