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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es frecuente encontrar una producción noruega de género fantástico en nuestras pantallas, pero en este caso tenemos ocasión de conocer una muestra de su cine con esta aventura familiar.
Tres jóvenes curiosos, Simen, Nora y Lars, se embarcan en la misión de encontrar el legendario Santuario de San Olav, dentro del cual se encuentra un objeto con poderes curativos, que mucha gente lo ha intentado sin conseguirlo, en una peligrosa tarea en la que tendrán que hacer frente a Lady Zhen y a unos despiadados cazadores de tesoros que tratarán de interponerse en su camino, lo que supone que, a partir de ese momento, sus vidas comienzan a estar en un auténtico peligro.
La historia que se nos cuenta nos recuerda a los tebeos que leíamos de pequeños, que está tan esquematizada que se asemeja a las viñetas de aquellos en las que se nos contaba lo esencial de la aventura y con escuetos diálogos.
Pues algo de esto sucede con esta trama aventurera protagonizada por unos chicos que se imponen una difícil misión, que nos trae también a la memoria las aventuras de los Cinco.
El guion, como apuntábamos, es elemental con la idea de que a los pequeños espectadores les mantenga atentos y sigan con facilidad el relato, a lo que contribuye la brevedad de la película, algo que no siempre se respeta y que es de lo más conveniente.
Eva Dahr dirige el largometraje basado en una serie del mismo nombre, que supone el cuarto título de la filmografía de esta realizadora, que tiene en su haber varios cortos y tres series de televisión, con guion de Morten Hovland y Trond Morten Venaasen, que lo lleva a cabo de forma académica a buen paso, aunque no dejan de tener presencia los convencionalismos del género, pero resulta entretenido.
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