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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tercera entrega de la popular saga de aventuras basada en las novelas de James Dashner, que llega un poco más tarde debido a que Dylan O'Brien sufrió un grave accidente que retrasó su filmación un año, en la que se vuelve a poner en aprietos a su protagonista, Thomas, que tratará de encontrar la cura definitiva para la Llamarada, la enfermedad mortal que asola a la humanidad.
Para ello Thomas tendrá que enfrentarse a un reto final y decidir si confiar en la organización CRUEL, a pesar de sus engaños.
Finalmente Thomas no puede confiar en ella, ya que la organización le borró los recuerdos y lo encerró en el Laberinto. Luego lo dejó al borde de la muerte en el desierto y lo separaron de los Habitantes, sus únicos amigos.
Ahora CRUEL asegura que el tiempo de las mentiras ha terminado. Con toda la información que reunió gracias a las Pruebas, está en condiciones de avanzar en la cura de la Llamarada.
Pero Thomas debe pasar por la Prueba Final y descubrir los enigmas que hay detrás de la organización y el laberinto.
Para salvar a sus amigos, él y su grupo deben entrar en la legendaria Last City, un laberinto controlado por WCKD que puede llegar a ser el más mortífero de todos.
Cualquier persona que lo consiga pasar con vida obtendrá respuesta a las preguntas que se han estado haciendo desde que llegaron por primera vez al laberinto.
El problema que tienen estas películas de sagas juveniles que forman una trilogía es que suele tener interés la primera ya que supone el comienzo de la aventura, la segunda por lo general es bastante anodina porque es el centro de la historia pero no tiene final y por último la tercera es lo contrario, no posee un comienzo y se inicia de forma abrupta y como no se conozca el relato de las dos anteriores el espectador queda un tanto perdido sin saber muy bien de qué va la historia y situar a los diversos personajes dentro de la acción que se nos narra que debido a su larga duración no evita que se repita en situaciones que no siempre están claras.
Y algo de esto ocurre con esta tercera entrega que comienza con una interesante y emocionante secuencia de acción con la persecución en coche de un tren para rescatar a un numeroso grupo de personas que van secuestradas en un vagón que tienen el valor para la organización CRUEL que son inmunes y de ellos pueden extraer un suero protector contra la enfermedad que asola al mundo que se encuentra en un estado apocalíptico debido a la enfermedad que destruye a la raza humana tras convertirla en zombis.
Y de paso rescatar a algunos amigos que están encerrados en las dependencias de CRUEL, entre ellos Minho y Teresa, que están siendo utilizados por la doctora Ava Paige, cada uno en un aspecto diferente.
Ver este último capítulo sin conocer las dos primeras partes es un error ya que de no ser así el espectador se perdería sin identificar a los actores y sin tener la base de la historia.
La realización de Wes Ball, que debutó con la primera de estas entregas y ha continuado con ella hasta esta final, cosa no habitual, es muy espectacular, con una vertiginosa persecución de inicio, buenos efectos visuales, con escenas de lucha personal y contra zombis, tiroteos, en un ambiente de destrucción, rescate inverosímil y salvamento en el último minuto, con lo que el interés no desaparece, pero se alarga demasiado para lo que tenía que contar ya que no es más que el cierre de la trilogía, aunque por el camino tengan que caer algunos de los jóvenes protagonistas y en saber cuales, estriba parte del interés.
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