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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras los fracasos comerciales (que no artísticos) del díptico bélico, Clint Eastwood ha vuelto al drama con 'El intercambio' (2008) y 'Gran Torino' (2008), un cine en el que se siente más a gusto y con el que está batiendo sus propios récords de taquilla.
Walt Kowalski, de origen polaco, es un americano veterano de la Guerra de Corea, jubilado tras 50 años de trabajo en la casa Ford, que acaba de quedarse viudo y solo, en su casa de un barrio de Detroit, que ha sido invadido por inmigrantes de todo tipo, orientales, hispanos y pandillas de delincuentes.
Es racista, egoísta, violento, amargado por el recuerdo de los hombres que mató en combate, odia al mundo que le rodea, se relaciona mal con sus hijos, que pretenden quedarse con la casa mandándolo a un asilo, y con el padre Janovich, el joven párroco que atendió a su mujer en su lecho de muerte, que le atosiga.
Tiene en su garaje un flamante Gran Torino, una joya de la Ford de 1972, que un día su joven vecino Thao trata de robarle, forzado por unos pandilleros, a los que amenaza tras descubrirlos.
Thao, perteneciente a la etnia Hmong, es obligado a lavar el honor de la familia haciéndole algunos trabajos, con el que llega a entablar amistad, así como con su hermana Sue, tratando de ayudarles, para terminar sintiéndose más cercano a ellos que a sus propios hijos y termina sacrificándose por ellos como una especie de redención.
El estupendo guion de Nick Shenck, en el que ha volcado unas experiencias personales, trata de reflejar los cambios que ha experimentado Norteamérica desde los años 60 (el coche es un símbolo), como lo hace su protagonista, que poco a poco va dándose cuenta de que de nada vale estar encerrado en sí mismo, odiando a cuantos les rodean, si no se es un poco más tolerante, más humano y se intenta de comprender a los demás.
A lo largo del argumento se describe perfectamente a los personajes, incluso a los más secundarios, caso del barbero.
De paso toca temas como la religión, la dificultad de las relaciones de familia, la solidaridad, la amistad, la intolerancia, la discriminación racial o la defensa de la infancia desvalida.
Walt termina combatiendo la injusticia, hasta llegar a admitir lo absurdo y gratuitos que eran sus prejuicios.
El país ha cambiado, Clint Eastwood ha envejecido, pero sigue haciendo su cine de corte clásico, sobrio, más maduro, que no pasa de moda, pero esta vez con unos buenos apuntes de comedia.
Tiene una gran interpretación de Clint Eastwood y de los propios actores que quiso que fueran de la etnia Hmong aunque no tuvieran experiencia como tales ante las cámaras.
Nominada al Globo de oro la canción "Gran Torino". Premio AFI al mejor film del año. Premio de la Academia del cine japonés a la mejor cinta extranjera. Premio Blue Ribbon a la mejor película. Premios César, David de Donatello, Nastro d'argento, Premio Hochi, Premio del FICE, Premio del Kinema Junpo, Premio Mainici, Fotograma de plata y Medalla del CEC al mejor film extranjero. Premio Dagger a la mejor película. Premio Modern Master a Clint Eastwood en el Festival de Santa Barbara.
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