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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es difícil dar novedad a una película que incide, una vez más, en el clásico atraco perfecto, tras las muchas que hemos contemplado ya en el cine a lo largo de su historia.
Bitto Albertini, argumentista, guionista y director de este film trata de intentarlo una vez más. Se las ingenia para dar originalidad a su argumento, aunque no puede evitar algunos momentos tan convencionales que llegan a ser increíbles, por mucha fantasía e imaginación que derroche un espectador al contemplarlo o por ingenuo que éste sea.
Lo estructura mal en el guion y lo empeora con la dirección, ya que su poca capacidad para ponerlo en imágenes junto con la media hora final de la cinta en la que parece tomarse todo a broma, echa a perder lo que de bueno y original pudiera tener en la hora que le precede.
Todo se le viene pues abajo.
Los primeros sesenta minutos de la película están discretamente narrados, con una línea clásica, desarrollada con corrección y que a pesar de los convencionalismos antes apuntados, logra entretener y mantener la atención de un espectador no muy exigente.
Tras el robo se plantea la fuga de una cárcel, donde empieza a venirse abajo la trama y a tratar de justificar las actuaciones de cada uno de los personajes.
Al final se riza el rizo de forma ingenua sin que hiciera falta el hacer ver que los que antes parecían buenos son los peores y viceversa.
Color endeble, música variada de Nico Fidenco e interpretación corriente como es costumbre en los films de esta categoría, para cubrir huecos en una endeble programación veraniega.
La dirección, ya lo hemos dicho, es bastante floja, máxime teniendo en cuenta que su debut en la realización tras haber escrito más de sesenta guiones de los más diversos temas.
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