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CRITICA
Por: PACO CASADO
No importa a lo que te enfrentes, sino a quien tienes a tu lado, es uno de los lemas de esta heroica historia, basada en hechos reales, de una brigada forestal de bomberos de Arizona, los conocidos como Granite Mountain Hotshots, un grupo de hombres que se convirtieron en una de las brigadas de élite de la nación en la lucha contra el fuego.
Mientras la mayoría se alejaron y huyeron del peligro, ellos corrieron hacia él, arriesgando todo el 28 de junio de 2013 por salvar al pequeño pueblo de Prescot de un tremendo fuego incontrolado, provocado por un rayo, uno de los más devastadores de la historia reciente de Estados Unidos, que lo hubiera arrasado todo acabando con él, lo que pasaría a la historia como un gran acto de heroísmo y sacrificio colectivo en un alto concepto del cumplimiento del deber, avanzando contra el fuego poniendo en peligro sus vidas para salvar a otros de una catástrofe segura.
Basada en el esfuerzo y el sacrificio, la película recuerda la tragedia del incendio de Janner Hill, en Tennessee, Estados Unidos, a la que acudió una veintena de bomberos forestales de Granitie Mountin, en Arizona, que había conseguido poco antes ascender a la escala más alta dentro de este cuerpo, por su buena preparación y eficacia en la extinción de fuegos.
El guion se centra principalmente en mostrar la labor de estos bomberos rurales en atajar los incendios no con agua sino quemando pequeñas superficies de bosque, usadas a modo de cortafuego, para que cuando las llamas lleguen a ese punto se paren ahí y no continúen su camino devorando todo a su paso.
Se rodó en Nuevo México aprovechando la posibilidad de grabar incendios reales, por lo que los efectos especiales ocupan buena parte del metraje, aunque también se pueden ver escenas de los duros entrenamientos, aderezados igualmente por unas historias de los familiares de estos bomberos, especialmente la de Eric Marsh, el jefe de la brigada y también la del joven Brendan McDonald con el que se establece una bonita dinámica de maestro y aprendiz, además de la humanidad del primero para con este chico errático en la vida, extoxicómano, acogiéndolo en el cuerpo como en su día hicieron también con él.
El film honra la heroicidad, la camaradería, el sacrificio, la redención y la amistad de los bomberos.
Esta hazaña, que se cobró la vida de 19 personas, se convierte en un intenso y espectacular drama de este grupo y muestra las razones que movieron a cada uno a interponerse entre las llamas y su comunidad.
Aunque es un poco larga y reiterativa en algunos momentos, no obstante funciona bien, con un reparto espectacular encabezado por dos grandes actores veteranos como Josh Brolin y Jeff Bridges, seguidos por el joven Miles Teller, el inolvidable batería de 'Whiplash' (2014), así como la siempre agradable presencia de Jennifer Connelly y Andie MacDowell, resultando entretenida.
Las escenas de los fuegos son espectaculares, dotados de su personalidad, que se convierten en un personaje más, con un final que no por conocido deja de impactar.
Joseph Kosinski aparta a un lado la ciencia ficción por primera vez en su aún corta historia como realizador tras debutar con 'Tron: Legacy' (2010) a la que siguió 'Oblivion' (2013) para contar en este su tercer largometraje esta humana historia inmortalizada por el periodista Sean Flynn mediante el artículo titulado 'No exit' (Sin salida) publicado en la revista GQ.
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