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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando se construye un guión pensamos que se debe basar en un idea núcleo en torno a la cual gira todo el argumento del film. Pero también entendemos que ese germen del guión debe tener una base positiva, algo que sea real, en la que apoyarse, pues de lo contrario toda la estructura posterior que sobre esto se construya se vendrá abajo como un castillo de naipes.
El argumento que se nos expone en esta cinta es interesante a priori. Los atentados que se cometen contra unos senadores corruptos de los Estados Unidos que explotan como una bomba humana provocando no sólo su muerte sino numerosas víctimas de cuantos están a su alrededor. Pero ¿qué es lo que produce estas explosiones?. Un extraño líquido que no es detectado en el agua y que al entrar en contacto con los jugos gástricos hace reacción.
Todo esto nos parece muy bien, pero el núcleo de esta trama es tan artificial y ficticio que no se lo cree nadie, y por lo tanto todo el entramado argumental que se construye sobre ello se cae por su peso.
Entre tanto pasamos hora y media escasa entretenidos con las idas y venidas de un Pierce Brosnan en un papel que, tras haber hecho de Remington Steele, se sabe de memoria o tal vez le sirviera de entrenamiento para hacer de James Bond en breve. Película para pasar el rato con aspecto de telefilm.
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