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CRITICA
Por: PACO CASADO
La década de los años sesenta fueron buenos para la comedia en el cine de Hollywood.
Había ya directores consagrados como Vincent Minnelli o Billy Wilder y salieron otros nuevos como Blake Edwards o Richard Quine.
A este último pertenece esta película en la que tiene ocasión de demostrar su buen gusto por la elegancia y la delicadeza en la puesta en escena, en la elección de los decorados y en darle la importancia tanto a las cosas que hay en los mismos como a los personajes, deteniéndose menos en si la historia es interesante, si las falsas pistas policiales son ingeniosas y divertidas o si la trama tiene fisuras.
Todo en el film da sensación de verdad lo que le otorga un enorme atractivo.
Es una cinta que se ve con sumo gusto, que rezuma autenticidad por todos sus fotogramas, con un espléndido trabajo de Jack Lemmon, que se convierte en el verdadero protagonista, a pesar de Kim Novak y de la fama de feminista que tiene su director.
Comedia cómica en torno a un tema policiaco de una joven americana que se equivocó en su matrimonio con un estafador.
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