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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces el cine, aún con toda su buena voluntad del mundo, pretende darnos un estado de denuncia y los elementos se vuelven contra sus autores logrando un efecto contrario.
Posiblemente Michael Winner con esta película pretendió ofrecernos una visión rechazable de la violencia exponiéndola en toda su crudeza para así conocer sus consecuencias y que tratemos de aborrecerla.
De esta forma el protagonista, Paul Kersey, un arquitecto de Nueva York, que es un liberal, verá cómo su mundo se desploma cuando su esposa y su hija sean asesinadas por unos delincuentes que entran a robar en su casa ejerciendo la violencia de forma gratuita contra ellas ocasionándoles la muerte.
Tras unas vacaciones en Arizona, Kersey volverá a su ciudad con el firme propósito de hacer él mismo lo que la ineficacia de la policía no ha sido capaz de llevar a cabo: limpiar las calles de delincuentes y de camino tomarse la justicia por su mano, con lo que cae en la misma violencia que ejercieron con los suyos.
De esta manera el film parece querer exaltar el hecho de que no hay que tomarse la justicia por la propia mano, cosa de todo punto inadmisible, aunque con ello descienda el índice de criminalidad y la policía lo admita, ya que le hace un favor en su trabajo, en la misión de salvaguardar el orden, al tiempo que tranquiliza a los ciudadanos.
Este es el tema de esta cinta que creemos importante como para que se hubiera profundizado un poco más en ello y no tomárselo demasiado a la ligera dándole simples aires de película policiaca superficial con el único objetivo de entretener.
Esto hace que caiga en los convencionalismos propios del género, lo que no quita para que en el aspecto técnico sea correcta, esté bien llevada, realizada con ritmo y agilidad en la puesta en escena e incluso se logre una interpretación aceptable en muchos momentos de la trama, con un Charles Bronson en su papel habitual, sereno y tranquilo a lo largo de todo el trabajo.
A veces la incongruencia de la censura española no tiene explicación ya que por sistema suele cortar las escenas con desnudos y en cambio deja pasar la violencia, como ocurre aquí que se aligera la secuencia de la violación y en cambio se deja pasar que un ciudadano se tome la justicia por su mano, cuando nada le faculta para ello, aunque a la policía le convenga y lo deje actuar, ya que con sus métodos haya conseguido que el índice de criminalidad descienda en un elevado porcentaje, por lo que fue tachada de ideológicamente censurable en algunos círculos.
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