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CRITICA
Por: PACO CASADO
No deja de ser curioso que ante la falta de imaginación o ingenio de los guionistas americanos en los últimos tiempos, sean los de los de los videojuegos los que vengan a suplir esa ausencia, siendo éstos utilizado últimamente como una fuente más de inspiración en los que basar las producciones más espectaculares.
Esta que comentamos cuenta la adaptación del popular videojuego 'Rampage', que fue lanzado al mercado en 1986 por Midway Games, que tuvo incluso algunas secuelas, y que ahora llega convertido en cine como 'Proyecto Rampage', con algunas alteraciones con respecto al original, en el que un primatólogo tendrá que enfrentarse a varias criaturas alteradas genéticamente que pretenden sembrar el terror y destruir la ciudad de Chicago.
El científico es Davis Okoye, un hombre que tiene un gran vínculo con George, un inteligente gorila albino al que ha cuidando desde que nació, al que le une una gran amistad, y con el que se entiende por un lenguaje de signos.
Pero cuando un experimento genético, generado en una estación espacial que resulta destruida, sale mal, este tranquilo simio se transforma en una enorme y furiosa criatura que se ha olvidado de su comportamiento y buenas maneras.
Empeora la cuestión cuando se descubre que no sólo ha afectado a George sino que también hay otros animales con la misma alteración genética.
Cuando estos depredadores enormes recién creados arrasan la ciudad destruyendo todo lo se interpone a su paso, Okoye se une a la doctora genética Kate Caldwell, para lograr apoderarse de un antídoto y se abren camino en un aterrador campo de batalla, no sólo para frenar una catástrofe sino para salvar a la ahora enorme criatura que fue su amigo.
Basada en el citado videojuego es adaptado al cine de catástrofe con un componente emocional si bien la trama y los personajes tienen poca profundidad, a pesar de que intervienen en el guion nada menos que cuatro guionistas.
Dwayne Johnson encarna al primatólogo que verá cómo su mejor amigo, un gorila llamado George, empieza a crecer rápidamente de manera antinatural cuando una substancia misteriosa cae del espacio, pero no es el único, un lobo y un cocodrilo también se han visto expuestos a esa mutaciones similares que los convierten en monstruos gigantescos.
El director Brad Payton, que parece que le ha tomado el gusto a las películas de catástrofe, ya dirigió a Dwayne Johnson en 'San Andrés' (2015), donde se producía un gran terremoto, vuelve a hacer lo propio de una forma profesional en cuanto a las escenas de acción, de una gran violencia, e intenta unirlas con un humor de lo más simple pero ciertamente eficaz.
Estamos ante un cine de entretenimiento con destrucción de edificios que caen al paso de los monstruos de manera bastante espectacular y en donde tiene ocasión de brillar el uso de los formidables efectos especiales realmente muy conseguidos.
Hay un elemento de la historia que funciona muy bien y es la relación entre Okoye y George, que produce también los momentos más cómicos, pese a todos los convencionalismos que debemos admitir en la forma de comportamiento del animal, como así mismo que no caen muertos por más disparos que perciban.
El film es el resultado de la mezcla de una producción de aventuras con otra de catástrofe, que bebe muchos de las típicas de Godzilla, King Kong y demás monstruos similares que nos ha dado la historia del cine y en este sentido no engaña a nadie, todos sabemos de ante mano lo que vamos a ver.
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