|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Hannah es una mujer mayor, rodeada de soledad, que ha establecido cuidadosamente una rutina que le permita tratar de esconderse de sí misma y aunque está acompañada por Fly, su perro, la herida interior es muy profunda.
Está deseosa de que llegue el cumpleaños de su pequeño nieto, mientras tanto asiste a unas clases de teatro para aficionados, trabaja como limpiadora en una casa y va a hacer deporte a la piscina periódicamente.
Una mañana, Hannah acompaña a su marido a la cárcel para que cumpla condena, y su vida comienza poco a poco a deshacerse por lo que tendrá que aprender a vivir sola.
'Hannah' (2017) es un drama que gira en torno a la lucha de esta mujer contra la soledad después del encarcelamiento de su esposo. No se nos dan los datos de cómo ha llegado a esta situación, porqué tiene que cumplir condena o si es que ha disfrutado de un permiso penitenciarios y qué hay detrás de ello, únicamente conocemos el silencio de Hannah en sus tareas cotidianas, su rutina diaria y su trabajo de limpiadora y en su casa.
De vez en cuando toma el metro para visitar a su marido en la prisión y lo que sucede en su interior lo expresa básicamente a través de los gestos y las miradas, apenas si hay diálogos.
Cuando llega el día del cumpleaños de su nieto prepara una tarta, pero al acudir a la casa de su hijo, éste la rechaza, no le deja entrar y por otra parte el padre tampoco lo perdona, pero igualmente desconocemos cual es el problema que existe entre ellos para ese rechazo y falta de perdón.
Es un drama intimista y minimalista en el que el espectador tiene que estar atento a todos los detalles e intentar reconstruir la historia de esta mujer abrumada por el vacío, la pena y la soledad, pero le resulta muy difícil si no se tienen los más mínimos datos o pistas para que ello sea posible.
'Hannah' (2017) es el segundo largometraje del director italiano Andrea Pallaoro, que debutó con 'Medeas' (2013), y tiene preparada una trilogía con protagonistas femeninas de la que ésta es la primera, a la que seguirá Mónica, la historia de una mujer transgénero que vuelve a casa para cuidar a su madre con Alzheimer tras haber estado veinticinco años fuera del hogar que abandonó siendo un chico de 17 años.
La veterana Charlotte Rampling, en el papel de Hannah, se hizo merecedora de la Copa Volpi a la mejor actriz en la Mostra de cine de Venecia que sin ella sería otra película.
Es una actriz descomunal, protagonista absoluta de este drama, que hace que se esté interesado en la historia de la que gustaría conocer más de las cosas que le suceden, por qué nadie quiere saber de ella y posiblemente el rechazo que siente de los vecinos sea debido a lo que haya cometido su marido que no llegamos a enterarnos, ni si ella haya tenido parte de culpa también.
Es el retrato íntimo y vital del dolor y la soledad de esta mujer sencilla, humilde, trabajadora, que aguanta todo lo que le sucede con una gran dignidad, cuya vida va a la deriva, entre la realidad y la negación, teniendo que lidiar sola con las consecuencias que ella asume sin rebelarse.
El film refleja su estado de ánimo atormentado por su propio sentido de lealtad y devoción y paralizado por sus inseguridades, sus dependencias, las presiones sociales y sus propios recuerdos que resultan ser dolorosos.
El director compone su drama con una planificación muy cuidada y consigue mantener el interés con unos seleccionados encuadres especialmente dirigidos al rostro de la protagonista.
Hugo de plata a la mejor fotografía en el Festival de Chicago. Película de oro al mejor tramoyista y Copa Volpi a Charlotte Rampling en la Mostra de cine de Venecia.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE