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CRITICA
Por: PACO CASADO
Considerada la abuela de la nueva ola, Agnès Varda (89 años) eligió el cine, y JR (35 años), la fotografía. Los dos forman una extraña pareja que se juntan en un viaje extraordinario y sorprendente por los pueblos de Francia, sin marcarse un itinerario, van improvisando dejando todo al azar y la creatividad, contagiando felicidad por todos los rincones.
A bordo de una furgoneta mágica, que imprime fotografías de gran tamaño en blanco y negro, ambos toman contacto con la gente humilde, trabajadora, alegre: ganaderos, carteros, estibadores, mineros, campaneros, labradores y sobre todo mujeres, personas que no suelen ser protagonistas en el cine, estableciendo una amistad basada en sus diferencias y en su sentido del humor, sin caer nunca en sentimentalismos.
Veteranía y juventud se unen en un recorrido humano inolvidable y emprenden un viaje para saber de las personas y discutir sus visiones del país, transformando el paisaje con sus fotografías de gran tamaño, fijadas en los muros y las fachadas de las casas.
Se juntan así dos generaciones distintas con los mismos deseos de conocer y mostrar.
Esas fotografías gigantes de los vecinos se convierten en unos murales de grandes dimensiones al aire libre, que serán efímeras, porque la lluvia se las llevará algún día, mientras que las de la película permanecerán en las filmotecas.
Existe un fuerte contraste entre los dos, ella es una anciana, con el pelo de dos colores, pies pequeños, muy bajita, mientras él es un artista callejero, moderno, nervioso, siempre con gafas de sol y sombrero.
La pasión por las imágenes ha sido el germen de la amistad forjada entre ellos que les ha llevado a hacer este documental fresco y vitalista.
El film es un alegato a favor de la ternura y la proximidad, que busca poner en valor a la gente: trabajadores de un fábrica, la camarera de un bar, la única mujer que vive en un barrio obrero, escuchándolos y retratándolos e incluso terminan yendo en busca del director Jean-Luc Godard al que ella conocía desde joven.
Es bueno ir al cine y ver una cinta divertida como ésta, que además nos haga pensar y meditar, que a pesar de que es un documental parece de ficción por lo insólito de la propuesta.
Una película que reivindica y revaloriza el uso de la palabra a través de la conversación, el intercambio de experiencias y por otro lado está la imagen, la fotografía que tiene mucho significado en estos tiempos en los que todo se retrata con los móviles aunque la mayoría de las veces sin mucho sentido.
Un cine que es más joven que el de muchos directores recién salidos de las escuelas.
Un film delicioso y sencillo, para disfrutar, que deja huella, que pasó por los festivales de Cannes, Toronto, Telluride, la Seminci y San Sebastián donde la directora recibió el premio Donostia.
'Caras y lugares' (2017) es un trabajo que ha sido celebrado por la crítica mundial, que ha logrado numerosos premios y su directora, la viuda de Jacques Demy, recibió el Oscar honorífico de la Academia de Hollywood.
Nominado al Oscar al mejor documental. Premio de la crítica en el Festival de Austin. Premio Golden Eye y Palme de Whiskers en Cannes. Premio Spirit Independent. Premio Gold Derby. Premio Golden Anchor en el Festival de Haifa. Premio Louis Lumiere. Premio del público en Toronto y Vancouver.
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