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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro de la moda de adaptar los comics al cine, nos llegan los editados por la casa Marvel en septiembre de 1963, del guionista Stan Lee y el dibujante Jack Kirby, con el nombre de 'X-Men' (en España La patrulla X) con más de 400 millones de ejemplares vendidos, que son los de mayor difusión.
En ellos se exponía, de forma velada, la situación en esos momentos, de una clase social marginada (los negros) que no era aceptada, a través de un grupo de mutantes que sufrían los problemas de la integración en la sociedad.
Era una defensa de los derechos humanos y una respuesta a la discriminación, de una sociedad cargada de prejuicios que intentaba exterminarlos.
Estos superhéroes defienden la tolerancia frente a los que aspiran a mejorar la especie humana a costa del sacrificio de los más débiles.
Stan Lee imaginaba la existencia de una raza superior y el duro ambiente político y social en que se encuentra.
Se trata de una película sobre la intolerancia y la necesidad de rebelarse contra ella de un modo pacífico.
Afortunadamente ha caído en manos de un director inteligente que hace una cinta de aventuras, sobria y austera, no dominada por los efectos especiales.
Crea un mundo oscuro, profundo, complejo y brutal, con un estilo visual propio, potenciando los personajes más que la acción y que incluso el comic.
Unos buenos efectos especiales bien utilizados, un equipo de actores bien elegido y una historia que capta la atención del público, aunque no sea amante del género, respetando el espíritu de los creadores con dignidad, y logrando una historia entretenida que hace pasar el rato.
Deja un final abierto para la secuela, dado los buenos resultados, que ha conseguido ya duplicar su coste de 75 millones de dólares.
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