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CRITICA
Por: PACO CASADO
Son muchas las versiones que se han hecho sobre la figura de esta mujer y sería prolijo enumerarlas todas en una simple crítica, pero nos gustaría referenciar algunas de las más notables entre ellas las de Bresson y Dreyer, que son puro misticismo, la de Victor Fleming, algo más espectacular y aún quedan otras de Preminger, Rossellini, etc.
La nueva versión de Luc Besson, basada en la obra de teatro de Andrew Birkin, es la más realista y trata de abarcar aspectos de cada una de ellas, mezclando el verismo de las batallas con el misticismo del comienzo y la parte final.
No cabe duda que fue una figura controvertida, ya fuera santa, loca, fanática o elegida de Dios que indudablemente influyó en los destinos de Francia y que terminó en la hoguera no por motivos puramente religiosos, sino más bien políticos.
La película trata de darnos los tres aspectos: mujer, guerrera y santa.
Así el film se divide en esos mismos apartados.
Un comienzo en el que una niña campesina ignorante dice estar en contacto con Dios y que ha sido elegida para ayudar a coronar rey a Carlos VII, luchando al frente de sus ejércitos para echar a los ingleses, aspecto que completan la segunda parte, la más larga, y finalmente el juicio, confesión con su propia conciencia y condena a la hoguera en la plaza del mercado de Rouen.
Luc Besson es un director que no se encasilla y en cada nueva cinta cambia de género y cada uno que toca trata de hacerlo con personalidad, ofreciendo algo diferente aunque no siempre le sale y sus películas no suelen ser redondas.
Aquí combina el espectáculo de las grandes batallas, muy bien rodadas, con las dudas de esta mujer sumida en sus obsesiones y contradicciones religiosas que mezcla de forma acertada como para no perder el ritmo en ningún momento a pesar de su larga duración.
Un desafío difícil, pero saca adelante con dignidad este trozo de la historia de Francia como para no decepcionar.
Milla Jovovich, para no ser una actriz avezada, se comporta bastante bien, flanqueada por figuras de la veteranía de John Malkovich, Faye Dunaway y en la parte final, como la conciencia, Dustin Hoffman.
Una buena banda sonora y luminosa fotografía, con una dirección acertada de Luc Besson, logran un film bastante aceptable.
Premio César al mejor vestuario y mejor sonido. Premio Lumiere al mejor film y director. Premio Golden Reel de los montadores de sonido americanos.
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