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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director, productor y guionista francés Luc Besson se ha empeñado en copiar al cine americano de acción.
Ya lo ha hecho en anteriores ocasiones, para lo que ha utilizado incluso actores de aquella nacionalidad, caso de 'El quinto elemento' (1997), con Bruce Willis, o 'Juana de Arco' (1999), con Dustin Hoffman.
Esta vez se ha limitado a producir y escribir este superficial guion sólo apto para sustentar ligeramente unas imágenes comerciales de una historia banal destinada al simple entretenimiento de espectadores poco exigentes.
Hubert, un huraño policía, duro pero de buen corazón, es invitado a tomarse unas "vacaciones" tras pegarle al hijo del prefecto, lo que aprovecha para resolver un asunto en Japón.
Una antigua amante, Miko, que le abandonó hace veinte años, ha muerto y le ha dejado como heredero de su fortuna y de una hija, Yumi, que desconocía que tenía con ella.
De camino se mete en averiguar de donde ha salido esa gran cantidad de millones, en controlar a la adolescente, derrochadora compulsiva, y destapar la relación que tenía Miko con los yakuzas o mafia japonesa.
Todo es light en este film, con tortazos por doquier y un poco de comedia para tragar la infantil e increíble trama.
Jean Reno se ve metido en esta producción por amistad con Luc Besson, guionista y productor, y se lo toma con filosofía.
Una comedia de acción a la francesa con clara inspiración americana.
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