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CRITICA
Por: PACO CASADO
La fórmula de Hollywood no siempre da el apetecido resultado. Cuando en un film se mezclan nombres tan reputados como los que se han elegido para hacer 'Esfera' (1997), teóricamente deberían funcionar y a gran altura, pero a veces estas previsiones fallan.
Como base se ha tomado la novela de Michael Crichton, un autor de cuya pluma han salido argumentos más que interesantes y además comerciales.
En esta ocasión ha querido jugar, una vez más, con el género de la ciencia ficción al que quiere dar un toque de originalidad: los extraterrestres no vienen del espacio sino que se encuentran en el fondo del océano desde hace trescientos años.
Allí desciende un equipo de científicos que se verán manipulados por el ordenador de una nave que juega con ellos o mejor, con sus mentes, confundiendo sus acciones y haciendo que sus temores y neuras afloren y se enfrenten entre sí.
El problema es que esta confusión que imprime a los protagonistas se transmite también al espectador que nunca sabe en qué plano están en cada momento.
Si a ello se le añade que el guion no ha logrado clarificar las situaciones y que la realización es bastante confusa, el problema se agudiza notablemente.
Tal vez se pueda achacar al hecho de que Barry Levinson no ha realizado nunca una película de ciencia ficción y que el género posiblemente le venga ancho, pero lo que no se explica es que cometa errores de bulto en la puesta en escena y en ningún momento el espectador sepa en qué lugar se encuentran los protagonistas haciendo confuso el relato.
Con lo fácil que hubiera sido el simple hecho de poner los escenarios de distintos colores para situarnos.
En cuanto al reparto los actores, como es el caso de Dustin Hoffman, no están encajados en personajes que nos podamos creer.
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