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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un drama ambientado en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. La historia está situada a principio de los años 20. Georges Laffont, un hombre traumatizado por lo vivido en las trincheras durante el conflicto bélico, abandona todo y a todos en 1923 y decide cambiar de vida e irse a vivir en los amplios territorios del Alto Volta, en el oeste de ╡frica, acompañado por el artista de color Diofo, que también sobrevivió a los horrores de la Gran guerra.
Allí se dedica a recorrer las extensas tierras reclutando hombres para trabajar en las plantaciones de Ghana, usando a Diofo como intérprete y artista, pero su labor es confundida por unos guerrilleros que creen que lo hace para venderlos como esclavos.
Cuatro años más tarde, cansado de esa vida nómada y aventurera, cargado de máscaras tribales, Georges regresa a su casa en Francia con su familia y encuentra que su hermano Marcel, excombatiente también, a quien la guerra dejó sordo, ahora vive con Jean, su madre, que espera noticias de un tercer hijo aún desaparecido.
George halla en Hélène, una profesora de lenguaje de signos a la mujer que le cambiará su vida.
Se trata del primer largometraje que realiza como director Emmanuel Courcol, quien también se encargó de escribir en solitario el guion del mismo, basándose en los diarios y cartas que su abuelo dejó a la familia, en el que nos expone claramente los estragos que suele producir la guerra, unas veces dejando a las personas inválidas físicamente, mientras en otras lo hace en lo anímico, traumatizándolas, deprimiéndolas y en definitiva cambiándoles la vida con las secuelas del infierno vivido, en el que con frecuencia ven morir destrozados a amigos o compañeros a consecuencia de una granada o un obús.
De esa manera tan dura comienza esta dramática película tomando como ejemplo la figura de George, el protagonista de esta historia.
La guerra es una de las temáticas que con cierta frecuencia suele abordar el cine, ya sea el americano o el francés como es este el caso, como excusa dramática de lo que suele suceder después de terminar el conflicto bélico.
Mientras que el cine americano a veces aborda el tema de forma aventurera, el francés lo hace como exponente del drama que se produce en las personas de los ex soldados que han de vivir en una sociedad de la que salieron para ir a la guerra y que después no encuentran su sitio en ella, resultando difícil reintegrarse a la vuelta de ella por los daños ha causado en la persona, como le ocurre a George y a su hermano.
Realizada de forma académica, con un corto presupuesto, no obstante el film tiene una atmósfera y una ambientación muy ajustada a los años 20 del pasado siglo en que se desarrolla el relato a través de unos decorados y un vestuario muy realista.
La dirección de Courcol lleva de forma correcta, al ritmo que requiere la historia, a los actores, especialmente Romain Duris en su complejo y amargado personaje o Gregory Gadebois en un silencioso papel teniendo que expresarse con el lenguaje corporal, con el complemento femenino de Céline Sallette encarnando a Hélène, que están todos muy bien.
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