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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los aficionados al cine policiaco y en especial al de Alfred Hitchcock saben lo que es un McGuffin, es decir, el motivo por el que pelean ambos bandos en un film perteneciente al género del cine negro.
En este caso el motivo es la lucha por el poder, como siempre, pero el medio de conseguirlo es la red informática.
Un magnate de la informática contrata a un joven experto en esta materia que con sus hackers han conseguido mejorar el sistema que él esta tratando de perfeccionar y que revolucionaría las comunicaciones.
Pero mientras que ellos desean que el mundo lo conozca y sea partícipe de su descubrimiento, el magnate quiere sacar provecho para hacerse más rico y poderoso, para lo que no duda en matar.
Posee un guion de Howard Franklin, el guionista de 'El ojo público' (1992) bien trenzado con la única finalidad de entretener, aunque también incluye alguna denuncia a las intenciones monopolistas, bien puesto en escena por el director británico Peter Howitt a quien recordamos de 'Dos vidas en un instante' (1997), que logra de forma efectiva mantener el suspense.
Para los que no entendemos mucho de estas tecnologías nos parece un despliegue impresionante, aunque para los expertos tal vez sea una trama algo ingenua o inverosímil.
El trabajo de los actores es convincente en los jóvenes intérpretes y un pelín pasado el siempre eficaz Tim Robbins cuando exagera los rasgos del malo de la función.
Premio a la mejor película y direccion en el Festival de Shanghai.
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