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CRITICA
Por: PACO CASADO
"Un maestro no tiene que ser querido, sino comprendido". Ésa es la filosofía de la educación que tiene Marie Géquil, una tímida profesora francesa en un instituto de la periferia de París, de carácter introvertido, que es repudiada por sus alumnos y despreciada por sus compañeros de trabajo, que un día durante una tormenta, tras ser alcanzada por una descarga eléctrica, se desmaya y pierde el conocimiento.
Cuando se despierta y recobra el sentido, se siente diferente ya que se ha transformado en un ser completamente distinto, con una energía tan misteriosa como peligrosa.
Es una comedia que se inspira libremente en la famosa novela ¡El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde¡, de Robert Louis Stevenson, que en su momento ya fue llevada al cine por Victor Fleming en 1941, una obra que se toma como simple pretexto para hablar de la educación en Francia.
En este caso el médico de la novela en la película es una profesora enfrentada a alumnos díscolos y rebeldes, que debido a ese accidente en el laboratorio se transforma en Hyde, el otro personaje de la obra que se comporta de forma totalmente opuesta por las noches.
Se trata de una pretendida parodia sobre los adolescentes en el ámbito educativo adaptando la obra de Stevenson, muy por los pelos, y haciendo una fábula moral sobre la enseñanza, con un aire ligero, tendente en ocasiones a la caricatura en algún personaje, por ejemplo el director del instituto Arthur Rimbaud, sin ninguna fuerza, en la que pone en solfa de manera libre las normas de la educación y la convivencia social en el país vecino.
Inclasificable y enigmática comedia bipolar, como su protagonista, en la que Isabelle Huppert encarna a esa profesora de Física que no sabe imponer su autoridad entre los alumnos en el aula.
Su lado oscuro es Hyde, conmovedora y cómica a la vez, frágil pero con una fuerza interior imprevisible que no puede dominar.
Un film sobre la educación realmente desconcertante.
Bozon fue profesor de Filosofía en un instituto de la periferia de París en los 90, por lo que debería conocer la materia a tratar en esta ocasión.
El guion escrito por él y su compañera Axelle Ropert, está estructurado en tres capítulos: Madame Géquil, Malik y Madanme Hyde, que son las tres etapas de esta historia.
La primera dedicada la presentación del personaje, la segunda del alumno al que logra convertir de un rebelde en uno aplicado, y una tercera la transformación en Hyde como símbolo del mal y de las acciones que lleva a cabo, aunque sea en defensa del bien.
Por otra parte abusa demasiado de explicaciones matemáticas que poco interesa, ni entiende, el espectador.
Quiere pasar como una cinta sobre la educación y al tiempo de tipo fantástico, pero resulta una indefinida comedia negra con unos tintes de misterio que no llega a ninguna parte, en la que mientras que los actores son profesionales, los alumnos son amateurs.
Está realizada de forma independiente por Serge Bozon que hace con este su quinto largometraje, y si no nos falla la memoria primero que vemos en España, que deja muchas cosas sin explicar que da por sobreentendidas, que no es nada excepcional, con un ritmo desigual o más bien diríamos sin ritmo, totalmente plana, sin emoción y sin lograr que el espectador se identifique con la humilde protagonista, ni se apiade de ella cuando los alumnos se burlan cruelmente de su persona, ni tampoco cuando adquiere la otra personalidad que parece más propia de una de terror.
Por otro lado el tema no es nada nuevo, ya que con frecuencia fue tocado por el propio cine francés en anteriores producciones y algunas muy interesantes que todos tenemos en mente.
Ella está bien, como siempre, tratando de salvar un papel sin mucha enjundia, mientras Romain Duris está realmente ridículo con un vestuario impropio del director de un centro educativo y con unas maneras poco adecuadas del cargo.
Premio a la mejor actriz a Isabelle Huppert en el Festival de Locarno.
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