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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se sitúa en Alemania en el año 1945, durante dos semanas antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes sabían que el Tercer Reich había perdido la contienda.
En este contexto, un soldado alemán fugitivo, Willi Herold, hijo de un techador, nacido en 1925, encuentra casualmente un uniforme de capitán en un coche y decide hacerse pasar por un oficial.
Llegó a reunir un ejército de unos ochenta soldados que vagaban tras el conflicto, sembraban el terror por donde pasaban y él se convirtió en un déspota sádico que llegó a asesinar a más de un centenar de personas hasta que fue arrestado por el ejército inglés tras robar un trozo de pan, siendo condenado por sus crímenes el 26 de agosto de 1946 a morir en la guillotina a los 21 años de edad. Fue conocido como "el verdugo de Emsland".
Tras el comienzo el argumento muestra esa parte más dura, ya que el chico se va creyendo el personaje que ha adoptado y actúa con crueldad para justificar su posición.
Cada vez le va tomando más el gusto a esa violencia hasta convertirse en un auténtico verdugo que acaba dando pánico.
El protagonista podía haber pasado más desapercibido sin complicarse tanto la vida, actuando de forma más discreta, sin tanta maldad, pero el poder corrompe.
Está rodada en blanco y negro para no mostrar con excesivo realismo esa violencia y describe bien el miedo que se vivía en aquellos días, lo que propició personajes como éste.
El principal objetivo en esos momentos, que ya se estaba terminado la guerra, era cazar a los desertores y saqueadores y darles el castigo merecido.
Willi empieza solo, pero va reclutando a mercenarios que deambulan perdidos, resultando esclarecedora la mirada de Freytag, el primer hombre que se une a él que va viendo la evolución del capitán y cómo se va degradando.
Es la historia de un superviviente dispuesto a todo para salvarse que va creciéndose al ver que las circunstancias le acompañan, y se plantea la máxima crueldad con los demás.
El film muestra la realidad histórica, psicológica y social de este infame personaje, y el estado de cosas de aquella época, que le llevó a cometer esas atrocidades que hoy resultan increíbles.
El director alemán Robert Scwentke vive en EE.UU. donde ha hecho películas como La serie 'Divergente' (2015/2016), 'Más allá del tiempo' (2009), 'RED' (2010) y volvió a Alemania para hacer 'El capitán' (2017), que a pesar de ser una historia real a veces es difícil de creer que esas cosas sucedieran.
Un relato potente y negro cuyo símbolo es un uniforme
que tiene una doble vertiente, la supervivencia del protagonista y la banalidad del mal a través del terror en un descenso a los infiernos de la amoralidad.
Tiene escenas muy fuertes sobre la degradación del ser humano.
Es la irracionalidad de la guerra que desata las mayores pasiones que muestra un horror acentuado por el blanco y negro en un buen trabajo en el que nos hace recordar que algo así no debe volver a suceder.
Una historia sorprendente que sería mejor si se le quitara el epílogo final que la alarga demasiado.
Max Hubacher está fantástico, muy creíble en su papel.
Premio a la mejor fotografía en el Festival de San Sebastián. Mejor director y actor Max Hubacher en el Festival de Bari. Mejor sonido en los premios del cine alemán. Cuatro premios en el Festival de cine europeo de Les Arcs. Mejor guion en el Festival de Traverse. Mejor film y Fipresci en el Festival Vilnius.
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