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CRITICA
Por: PACO CASADO
El esquema de esta película nos recuerda el de 'El dulce porvenir' (1997), de Atom Egoyan, ya que no puede negar puesto que ambas están basadas en novelas del mismo autor, Russell Banks, que parte de una simple anécdota o pista falsa, para desembocar en el análisis de los personajes que intervienen en el drama, que por cierto también viven en un pueblo cubierto de nieve.
El protagonista es policía, un pobre hombre, escaso de luces, que durante su infancia tuvo que soportar a un padre tiránico que lo machacaba con su violenta actitud, lo que de alguna manera queda grabado en sus genes y que ha de aparecer en cualquier instante.
Ha sido abandonado por su mujer, que le impide ver a su hija, y es pisoteado por los dueños del poder.
Trata de encontrarse a sí mismo cuando se produce un accidente de caza en el pequeño pueblo donde vive y él piensa que es un crimen para quitarse de en medio a un sindicalista molesto.
Pero todo se viene abajo cuando ve que la dócil camarera con la que tiene un leve romance también le abandona y él repite con su hija una actitud idéntica a la que sufría de niño con su padre.
Una vez planteados los temas el asunto del presunto crimen pasa a un segundo plano y se centra en la descripción de los personajes en cuyos caracteres y relaciones influyen el frío invierno, la nieve, el entorno hostil y la brutalidad de la violencia que aflora en cualquier momento.
Quiere cambiar, no desea ser como su padre, lo intenta, pero no lo logra, y esto le convierte en un hombre destrozado, harto de someterse: de pequeño a la violencia de su padre que le marca, después a su esposa, su hija, el jefe, la camarera.
Paul Schrader sabe mezclar bien todos esos elementos aunados en el guion y usando la cámara como instrumento expresivo.
Obtiene de Nick Nolte el que tal vez sea su mejor trabajo hasta el momento, lo que así fue reconocido en el Festival de cine de Valladolid que le otorgó la Espiga de Oro al mejor actor, que también ganó el San Jordi e igualmente fue nominado al Oscar. La fotografía, otro de los elementos que llama la atención en este film fue igualmente premiada en el certamen vallisoletano donde Paul Schrader recibió una mención especial del jurado.
No menos elogios merecerían Sissy Spacek o James Coburn, en el terreno interpretativo, que hacen un trabajo realmente memorable.
Este último ganó el Oscar como mejor actor secundario por este papel.
Una cinta de notable equilibrio sobre la violencia psicológica autodestructiva de unos personajes colocados en una situación límite, lo que desemboca en un final demoledor .
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