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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se sitúa en Polonia en el año 1949. Viktor es un director de orquesta que, con su ayudante, viaja por los pueblos buscando cantantes para montar un espectáculo para recuperar que no se pierdan viejas canciones del folclore tradicional del país, pero su trabajo deja de interesarle cuando tratan de usarlo como propaganda del régimen y sus dirigentes.
Zula, una de las cantantes seleccionadas, una chica rubia, joven y de buen ver, tiene un pasado oscuro, ya que acaba de salir de la cárcel, porque según rumores había matado a su padre que intentó abusar de ella, lo que no es óbice para tener una historia de amor durante décadas.
A pesar de tener ambos una vida anterior y una personalidad muy distinta, parece que están abocados a vivir juntos.
La historia de amor se va mezclando con canciones tradicionales, baladas y música de jazz a lo largo de todo el relato de principio a fin.
Es por otra parte un drama romántico con algunos aspectos de corte político en el que va dejando de lado el folclore para convertirse en un mensaje pro-comunista de propaganda política. Habla también de los cambios y los sueños de aquellas gentes por huir de un régimen totalitario de la URSS y pasar al otro lado del telón de acero, para tener otro tipo de gobierno más justo.
Además de los temas folclóricos tradicionales incluye otros de conocidas canciones de Cole Porte, George Gershwin, Bill Haley y de varios autores.
El film, cuyo argumento, que avanza a saltos, a base de elipsis, está ambientado en el comienzo en Polonia, durante la Guerra fría, está realizado en blanco y negro, con gran economía de medios, en un formato 1:1.33 de pantalla casi cuadrada, como comenzó el cine y aún lo era así en los años en que se encuadra esta historia, tal vez para darle un mayor realismo con la época.
Lo que nos muestra es el relato de un amor imposible a través de los años y de muchos países y ciudades por los que los que circulas protagonistas a lo largo de sus vidas; Polonia, Berlín, Yugoslavia, París en constantes huidas el uno del otro debido a la debilidad de sus personalidades tan divergentes y también en reencuentros debidos a los giros del destino, a pesar de que son dos personas que se quieren mucho pero tienen diferentes maneras de verlo, de sentir y de vivir su amor, mientras transcurre de fondo todo lo que va pasando en Europa.
Pawlikowski es un director al que le gusta mucho rodar en blanco y negro, así hizo su anterior película 'Ida' (2013) con la que ganó el Oscar y una gran cantidad de premios internacionales.
El guion se inspira en la historia de sus padres, cuyos protagonistas tienen los mismos nombres que ellos y a los que está dedicada la cinta, pero la historia no es creíble del todo, ya que son dos enfermos que quieren culpar a la situación política debido a la invasión soviética, de las cosas que les ocurren.
Está bien rodada con planos estáticos y apenas leves movimientos de cámara, aunque es un poco fría la relación de los dos debido a la guerra y los tiempos difíciles que atraviesan, lo que hace que a veces no conecte con el espectador.
Es interesante pero al final tal vez no esté a la altura del resto de la trama, y entre los actores destaca Joanna Kulig que hace un amplio recorrido de su personaje de Zula.
Se agradece su corta duración que hace que se concrete bastante la narración y no se disperse como suele ocurrir hoy día en producciones que se extienden demasiado innecesariamente.
Mejor director en el Festival de cine de Cannes. Mejor film, director, montaje y sonido en el Festival Polish.
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