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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ciertamente a lo largo de los años hemos visto muchas películas de institutos con sus consiguientes gamberradas, con problemas de enseñanza, violencia en las aulas, pero nunca habíamos contemplado una tan vacía y estúpida como ésta.
El cine americano está llegando ya a unas cotas insospechadas a la hora de buscar en qué basar sus argumentos para ser llevados a la pantalla y en este caso son unas famosas muñecas que están de moda, las Bratz (mocosas) que han conseguido desbancar de las estanterías de las jugueterías a las no menos célebres Barbies.
Los cuatro modelos de muñecas, llamadas Yasmin, Jade, Sasha y Cloe se incorporan a la pantalla en carne y hueso, imaginamos que luciendo los modelitos de las mismas o los trajes más de moda en estos momentos como una llamada al consumismo juvenil, a las espectadoras adolescentes a las que va dirigida la cinta, que parecen disfrutar con las aventuras de esta cuatro chicas "amigas para siempre" en su primer año de instituto en el que poco a poco se van distanciando hasta que un incidente fortuito les une de nuevo para cargarse a la aborrecible chica que tiene dominadas a todas las pandillas y que por demás es la hija del director que increíblemente encarna el famoso Jon Voight.
De camino hacen la buena obra de ayudar a la más pobre de ellas.
Guion inexistente, diálogos estúpidos y vacíos, colorista vestuario y tan sólo se salva algún número musical del final. Totalmente prescindible.
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