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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tom Cruise se aficionó a las carreras de coches cuando trabajó con Paul Newman en El color del dinero (1986), que aunque trataba de otro deporte, el billar, sin embargo el gran actor era un destacado nombre en la fórmula uno.
Tom Cruise dio la idea de hacer este film, y se hizo el guion tras estudiar a los profesionales de la velocidad, que son capaces de marchar a 300 km/h., que no sólo compiten por llegar el primero, sino que también con otros pilotos en la pista con el riesgo de la alta velocidad.
Pocas son las cintas de este deporte que están logradas, ya que los personajes se diluyen entre las distintas pruebas deportivas que se llevan a cabo.
Cole Trickle se mete en el mundo de la alta competición de las carreras de Nascar y aunque es un excelente piloto con mucho talento, su mal carácter y actitud hace que constantemente se meta en problemas no solo con los pilotos con los que tiene que competir, sino incluso los de su propio equipo.
Entonces el promotor de deportistas va en busca de Harry Hogge, un viejo corredor para que sirva de entrenador a este joven valor del volante y así poder competir al más alto nivel quitándole sus vicios y su manera de comportarse con los demás.
Tras un grave accidente Trickle se plantea algunos aspectos de la vida que le ayudarán a progresar en su profesión y personalmente.
Pronto surge la rivalidad con otro piloto, los accidentes en la pista y el amor con Claire Lewicki una joven doctora, que le salva la vida, que mucho tendrá que ver en todo ello hasta conseguir el previsible triunfo final.
El esquema no es nuevo, ni tampoco lo que en esta película se nos muestra, en donde, como suele ocurrir, se mezclan las escenas reales obtenidas en las carreras, con las trucadas para la ficción del argumento.
Un relato sobre el mundo de las competiciones deportivas de la alta velocidad en la que confluyen como protagonistas Tom Cruise y Nicole Kidman que son pareja en la vida real y también en la ficción.
El film está hecho de cara al lucimiento de su principal actor protagonista, lo que supone el máximo gancho de cara sobre todo a las espectadoras más jóvenes.
Toda la primera parte se centra en el deporte hasta que entra en juego el amor con la doctora y todo ello envuelto en una estridente música de rock que ruge tanto como los bólidos en la pista durante las carreras.
Tom Cruise da bien su papel junto a una joven Nicole Kidman pero se ven barridos por la veteranía de Robert Duwall.
Fue nominado al Oscar al mejor sonido y Hans Zimmer consiguió el premio BMI a la mejor partitura musical.
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