|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine norteamericano es ya casi una tradición que cada año se produzca al menos una película sobre la gran fiesta de la Navidad y sobre un ser muy significativo de la misma como es Santa Claus o Papá Noel, pudiéndose citar gran número de títulos.
El cine francés, en este caso, ha querido sumarse a ello con esta comedia en la que el personaje está tomado con humor, aspecto que se produce debido al choque de dos mundos opuestos.
En esta historia ocurre que días antes de llegar la Navidad, Santa Claus y sus elfos están ocupadísimos preparándose para repartir los regalos, pero se enfrentan a un completo desastre, cuando desafortunadamente los noventa y dos mil elfos que trabajan con él en su misión de prepararlos para los niños de todo el mundo han enfermado todos simultáneamente y de repente.
La emergencia es total, ya que pueden quedarse todos los pequeños sin juguetes en esta Navidad.
Santa Claus no tiene elección y ha de ir en busca de aliados que les ayuden a preservar la magia de la Navidad por lo que aterriza en pleno París en busca de noventa y dos dosis de vitamina C para curar esa gripe momentánea que le ha entrado a todos los elfos a su servicio.
Wanda, su esposa, le recomienda que vaya a la Tierra a por la medicina correspondiente, de la que le entrega un frasco, para que sepa lo que necesita buscar.
Pero el choque de Santa Claus con el mundo moderno, que no conoce, desencadena una imprevisible aventura, ya que de economía no sabe nada en absoluto.
No entiende en qué consiste comprar o vender, ya que él siempre regala, y no tiene ni idea de lo que es el dinero, esos papelitos de diversos colores que le dan acceso a lo que desea tener.
Él cree que no hay más que tomar lo que quiere sin ningún otro trámite a cumplir.
Esta comedia familiar para todos los públicos, dirigida, escrita e interpretada por Alain Chabt, consiguió más de dos millones de espectadores en su país, lo que no supone ningún récord, pero que está muy bien de cara a lo que ha supuesto en la taquilla gala.
La idea del guion es muy elemental, los motivos para hacer reír surgen de las situaciones que se producen a lo largo del metraje, no sólo con Santa Claus, sino también con la policía, con Thomas, con su esposa Amelie, con los hijos, Maëlle y Mathis, de este matrimonio, o con Jacques, el delincuente hermano de Amelie.
En la azotea de esta familia aterriza Santa con su trineo tirado por los típicos renos, como es de rigor en estos casos, que echan de menos la nieve.
A lo largo de la trama se hace una velada crítica al consumismo y la mercantilización de las fiestas navideñas, cuyas risas son provocadas por el carácter inocente del personaje y las disparatadas situaciones en que se encuentra al estar fuera de su mundo en esta historia divertida y tierna.
El actor, director y guionista Alain Chabat, uno de los cineastas más reconocidos en la actualidad del cine francés, tras interpretar más de medio centenar de títulos, decidió pasarse a dirigir con 'Didier, mi fiel amigo' (1997) y este es su quinto largometraje para el cine, además de haber realizado tres videos documentales.
En este caso llaman la atención los muy conseguidos efectos especiales, en esta comedia bien dirigida y con unos correctos actores tanto principales como secundarios incluidos los niños.
Como curiosidad este Santa Claus va de verde, que es su color tradicional, hasta que Coca Cola lo vistió de rojo en la década de los años 30 del siglo pasado.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE