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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película reúne a tres personajes ya conocidos, de otras dos anteriores de M. Night Shyamalan, 'El protegido' (2000) y 'Múltiple' (2016), cuyos finales terminaban abiertos, dejando las historias en suspense, en un thriller donde el director se cita con ambos.
Ellos son Elijah Price, el supervillano discapacitado, más conocido como Mr. Glass o Señor Cristal que lleva años en una institución mental que sigue un tratamiento de sedación prescrito por la Dra. Ellie Staple; el guardia de seguridad David Dunn, un hombre que tiene la capacidad de no resultar herido superviviente de un accidente de tren; y Kevin Wendell Crumb, un joven perturbado que posee en su interior veinticuatro personalidades diferentes.
Y por otra parte está también Casey Cooke que es la única chica cautiva que sobrevivió a un encuentro con La Bestia, una de las personalidades de Kevin.
Enlazando con el final de 'Múltiple' (2016), 'Glass' (2019) comienza con Dunn persiguiendo a La Bestia, la figura sobrehumana de Crumb en una serie de encuentros, cada vez más intensos, mientras que la sombría presencia de Price en el psiquiátrico surge como un orquestador que esconde secretos cruciales de ambos hombres.
David Dunn usa sus habilidades para perseguir a Kevin Wendell Crumb, un hombre perturbado que cambia constantemente de personalidad.
Elijah, que está recluido en esa institución mental de Filadelfia, tiene un plan para escapar, cuyo objetivo es el de unirse a La Bestia, una de las personalidades sobrehumana de Crumb.
En este caso el asesino con múltiples personalidades, ha vuelto a secuestrar a tres chicas, como en el film anterior y el justiciero David Dunn pretende encontrarlas para ponerlas en libertad tratando así de frenar sus planes, aunque detenerlos se plantea como una tarea difícil.
C uando en uno de los encuentros los dos se enfrentan aparece la policía, los detiene y los meten en un psiquiátrico donde también se encuentra Mr. Glass, así llamado por tener unos huesos frágiles, en el que se pasan la mayor parte de esta historia.
En este aspecto recuerda más a 'Alguien voló sobre el nido del cuco' (1975) que a los dos títulos citados de Shyamalan.
El director de 'El sexto sentido' (1999) escribe y dirige este thriller que retoma a los personajes antes mencionados para crear una narrativa con una nueva historia que cierra esta trilogía de unos superhéroes no habituales, con bastantes años de separacion de sus capítulos, aunque cada uno se puede ver independientemente sin problemas de continuidad entre sí.
El film esconde una reflexión sobre el poder de la mente y la creencia para definir la propia identidad.
La realización resulta plana, no ofrece escenas inquietantes, ni tensión, tan sólo al principio y al final hay un poco de acción, lo que se nos antoja que es una ocasión desaprovechada.
Hay muchas cosas que no resultan creíbles, por ejemplo que en el centro psiquiátrico todos entran y salen como por su casa, con un giro al final un tanto inesperado.
Lo de la elección de los personajes de las dos cintas anteriores, separadas por décadas, resulta original, muy de este director que tiene un universo particular, muy metido en el cine fantástico, que aquí hace un homenaje a la fantasía y a los cómics, con esos tres personajes para hablar de la problemática de la sociedad actual, en la que utiliza algunas imágenes descartadas de 'El protegido' (2000).
Es una película que resulta entretenida, que ha arrancado mal en Estados Unidos, a la que le sobra metraje, dos horas es demasiado para contar esta historia, realizada con unos elementos mínimos, un presupuesto no muy elevado, con tres personajes, varios decorados, con una realización lenta y una puesta en escena con algunos momentos interesantes, con unos superhéroes distintos a los que estamos acostumbrados a ver en producciones espectaculares últimamente, oscuros, metafísicos, con una sensación de destino trágico, que usan más la palabra que la acción, que no acaba de funcionar, con un final que no es creíble, demasiado efectista, que reflexiona sobre los superhéroes, pero no es redonda, sin efectos sorpresa, se esperaba más de ella.
En el capítulo interpretatvo se lleva la palma James McAvoy y no falta el cameo del director.
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