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CRITICA
Por: PACO CASADO
Son ya muchas las películas que se han realizado sobre la Segunda Guerra Mundial, unas veces recogiendo hechos reales ocurridos durante el conflicto bélico y otros sucedidos al terminar el mismo recogiendo sus consecuencias.
En otras ocasiones simplemente sirve de marco o telón de fondo para situar hechos ficticios o romances entre los contendientes.
El día que vendrá (2018) está ambientada en noviembre de 1946, en la Alemania de la posguerra, momento en el que Rachael Morgan viaja desde Inglaterra y llega a la emblemática ciudad de Hamburgo en ruinas, en pleno crudo invierno, para estar con Lewis, su marido, un coronel británico que ha recibido la dura misión de reconstruir la ciudad destruida.
El Tercer Reich ha caído y hay que eliminar a los rebeldes disidentes, marcados en su antebrazo con el 88 que representa la letras HH de Heil Hitler, que aún quedan escondidos, que de vez en cuando, organizan alguna revuelta produciendo muertos en ocasiones.
El ejército inglés requisa algunas de las mejores casas que han quedado en pie tras los bombardeos para darle alojamiento a sus mandos superiores, que es el caso Lewis.
Pero una vez allí cuando van a mudarse a su nueva casa, Rachael ve con asombro que Lewis ha tomado la decisión de invitar a quedarse a sus dueños y de esa forma se ven obligados a compartir el enorme y lujoso caserón a orillas del río Elba con su antiguo propietario, el arquitecto Stephen Lubert que la construyó, un viudo alemán cuya joven esposa Claudia murió en uno de los bombardeos, y su problemática y rebelde hija Freda de 16 años. Deciden dividir la mansión en zonas, ocupando ellos el ático, para no interferir, mientras que el matrimonio lo hace en el resto de la vivienda.
Esto, no obstante, de entrada desencadena cierta tirantez, hostilidad y dolor, pero posteriormente también dará lugar a originar pasión y traición, ya que ambas familias sufrieron pérdidas de seres queridos durante el conflicto, lo que hace cambiar de opinión con respecto al enemigo.
También hay un secreto que desconocemos entre Rachael y Lewis que iremos descubriendo a lo largo del transcurrir de la trama que origina algunos hechos posteriores cuando Lewis tiene que ausentarse durante un tiempo.
Está producida por Ridley Scott y el guion está basado en la novela del escritor galés Rhidian Brook, ideada en 2010 y publicada en 2013, inspirada en su abuelo, lo que no quiere decir que todo lo que se cuenta sea verdad, en este melodrama que sitúa la acción seis meses después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, pero en la que subyace un mensaje sobre el perdón, la compasión y la necesidad de relación entre las personas.
El triángulo amoroso se establece entre la británica Keira Knightley, el australiano Jason Clark y el sueco Alexander Skarsgard que representan perfectamente sus respectivos papeles.
Está realizado de forma muy academicista, este segundo largometraje que lleva a cabo James Kent, tras debutar con 'Testamento de juventud' (2014), vista en España en dvd, y su amplia experiencia en series televisivas y tv movies, teniendo como base el triángulo amoroso que se relata en la novela, llevada a cabo con la corrección y oficio habitual del cine inglés, al tiempo que habla de las dificultades entre los aliados y los alemanes en el día a día de ambos, pero todo ello con el look de un poster romántico.
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