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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es lamentable ver cómo una cinematografía como la norteamericana, que siempre ha sido puntera en todo, que ha dado buenos directores y extraordinarias películas que son auténticas obras maestras, ha llegado a perder esta hegemonía hasta el punto que es ahora la que va a remolque de la producciones europeas con los westerns o de la de cualquier otro continente como puede ser esta una muestra de ello.
El cine americano debido a la crisis de ideas que padece y atento a la actualidad se acogió a la moda de las producciones orientales que tanto éxito tienen en esos momentos en Europa y dos productores avispados como Fred Weintraub y Paul Heller se asociaron con Raymond Chow para llevar a cabo 'Operación Dragón' (1973) que causa furor en el mundo entero y también en España.
En su día el western americano copió al italiano y ahora lo hace con las producciones japonesas realizadas en Hong Kong.
Sobre ese tipo de films tiene la ventaja de estar más cuidados en decorados, vestuario e incluso se adapta mejor a la mentalidad de narración occidental, no exagerando tanto por ejemplo en los efectos especiales o en los saltos y otros trucos de la lucha, aunque no deja de ser ésta el motivo más espectacular, a cargo del ya fallecido y joven actor Bruce Lee, auténtico ídolo de esta clase de cintas.
Se nos antoja ésta una película de corte en cierto modo parecido a las que protagoniza en el Reino Unido el famoso agente 007 James Bond.
De esta manera se le encarga a un luchador de ojos rasgados la búsqueda de pruebas para destruir la isla de Han, lo que da pie a singulares combates que libra nuestro héroe con sus enemigos practicando varios estilos de luchas orientales.
Tiene este film sobre las producciones japonesas o chinas, que también exhiben luchas de esta clase, la ventaja de que está más cuidado en su realización y exagera menos en la lucha en el uso de los efectos especiales, dosificadas hábilmente a lo largo del argumento haciendo que el interés no decaiga en el desarrollo del mismo.
De lo mejor de la cinta destaca la partitura musical que ha escrito el famoso Lalo Schifrin, que le da variados matices a su composición poniendo puntos de emoción con sus notas para acompañar a la acción.
Es un autor muy similar en su música a la de John Barry, lo cual no lo decimos como merma de su calidad, que nos parece notable, ni con ello queremos restarle méritos a su obra.
La dirección, a pesar de estar en manos de un realizador con cierto oficio como Robert Clouse, que ya nos interesó con 'Más oscuro que el ámbar' (1970), tiene altibajos en su realización y sin muchos puntos altos de interés, siendo bastante plana y monótona a lo largo de toda la trama.
Tiene el atractivo que representa la presencia de Bruce Lee, actor que ha destacado en esta clase de producciones que hacía con esta su última película, ya que murió poco después de terminarla.
El resto de los actores cumplen con sus cometidos discretamente, entre los se encuentra el americano Jim Kelly que hace su debut y también en los luchadores se puede descubrir a un joven Jackie Chan.
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