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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Juego de lágrimas' (1992) tiene la virtud de la originalidad, de no someterse a los cánones establecidos por los géneros fílmicos, sino que cuenta una historia que emociona y engancha al mismo tiempo al espectador.
Neil Jordan, director irlandés que con un escaso presupuesto que no llegó a los cinco millones de dólares, sorprendió a todos ganando el Oscar al mejor guion, donde reside su mejor virtud. En varias ocasiones da regates al espectador, le mantiene intrigado y cuyo secreto no se debe divulgar, ya que es clave en la historia.
Narra el secuestro por miembros del IRA de un soldado al que han de cambiar por un rehén.
El terrorista encargado de vigilarle trama amistad con él y le promete que si muere buscará a su novia.
Jordan huye de los mimetismos y consigue su film realmente fascinante con este relato mezcla de thriller y reflexión política cuyo final se ve abocado a la fatalidad, como reza en la anécdota de la rana y el escorpión que contara Orson Welles en Mister Arcadin (1955).
Neil Jordan dirige con mano diestra, maneja bien a los actores, entre ellos a Stephen Rea, a la sorprendente Miranda Richardson y al actor de color Forest Whitaker, con buena música y canciones y una estupenda fotografía.
Una película dura, conmovedora, llena de ternura, humor, magia, que resulta un coctel explosivo.
Oscar al guion. Premio Alexander Korda en los Bafta. Premio Felix a mejor director. Premio Amanda a mejor film. Premio ASCAP a la música. Premio del Instituto australiano a la mejor película extranjera. Premio del cine europeo a la mejor producción. Spirit Independet al mejor film. Premio PGA.
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