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CRITICA
Por: PACO CASADO
Neil Jordan, director irlandés, debutó en el cine americano con esta comedia que se basa en un guión de David Mamet, inspirado a su vez en una antigua película de 1955, dirigida por Michael Curtiz, con guión de Ranal MacDougall, con Humphrey Bogart, Aldo Ray y Joan Bennet, No somos ángeles, cuya acción transcurría en los días de Navidad y contaba la evasión de dos presidiarios del inexpugnable penal de la Isla del Diablo.
Ésta también relata la fuga de los presos pero la prisión esta vez está cerca de la frontera con Canadá por lo que para pasarla tendrán que acudir al truco de refugiarse en un convento disfrazados de frailes.
En esta ocasión es abiertamente una comedia hecha con el único propósito de hacer reír, por lo que lo convencional del argumento a veces se pasa por alto, si con ello se logra su propósito.
El tono de comedia, sobre todo en lo que se refiere a la última parte, contrasta con el realismo de las fuertes escenas de la evasión del comienzo y con algún que otro momento de suspense.
Robert de Niro, también productor del film, exagera un poco el papel que comparte con Sean Penn y Demi Moore para ayudar así a lograr una cinta entretenida, que era lo que se pretendía.
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