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CRITICA
Por: PACO CASADO
Kathryn Bigelow es una de las pocas directoras norteamericanas que es capaz de hacer cine de acción y de gran presupuesto.
Lo primero ya lo demostró con 'Acero azul' (1990) y 'Le llaman Bodhi' (1991), lo segundo lo hace ahora con 'Días extraños' (1995), donde mezcla el tema de la acción con la ciencia ficción, tal vez influida por su ex marido James Cameron, que es el autor del argumento, coguionista y productor del film, bastante aficionado a este género como lo aclaran sus cintas 'Abyss' (1989) o las dos partes de 'Terminator' (1984) y 'Terminator 2: El juicio final' (1991).
Las calles de Los Angeles están abarrotadas de gentes, sólo faltan dos días para la llegada del año 2000.
Lenny, expulsado de la Brigada Antivicio, se dedica a la captación de clientes para venderles unos clips que reproducen vivencias de otras personas, a ser posible las más crueles y violentas que la mente humana pueda sospechar.
La llamada angustiosa de una prostituta hace sospechar a Larry que su antigua novia está en peligro.
El argumento nos parece un vulgar thriller adornado en este caso con la ciencia ficción, en el que el protagonista, un camello, en lugar de traficar con cocaína lo hace con clips de alta tecnología sobre robos, sexo, acciones violentas etc. que producen sensaciones auténticas en los que los ven, pero nunca con blackjacks, que son los que contienen muertes reales (snuff movies).
El guion, escrito hace unos diez años, ha sido actualizado convenientemente introduciendo más tema político.
Ahí están esas revueltas provocadas por el racismo ante la muerte violenta de un líder negro, un famoso cantante de rap, que convulsiona a la ciudad de Los Angeles en el límite del año 2000.
No deja de ser curioso que cuantas películas futuristas se hacen, ya sean lejanas o cercanas en el tiempo, son siempre pesimistas ante lo que nos aguarda.
Aquí no había de ser menos, mezclando en este caso una historia intimista de celos, mentiras y traiciones con la habitual corrupción policial, el racismo o el crimen.
Los actores, como se pretendía, cumplen y pasan desapercibidos.
El resultado de todo ello es un thriller entretenido, con un argumento que nos suena a conocido, previsible en algunos momentos, pero bien vestido por una ágil dirección de una de las mujeres que mejor domina este género, aunque esté arropado por la ciencia ficción, los efectos visuales y con el tono apocalíptico que suele dar a sus films el realizador que hay debajo, James Cameron, que asoma la cabeza de vez en cuando a pesar del frenético ritmo que Kathryn Bigelow da a su cinta, pero esperábamos mejor logro de esta estupenda directora.
Premio Saturno a Angela Bassett y a la dirección, de la Academia de Ciencia Ficción.
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