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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es nueva la fórmula de retener a alguien querido para, a cambio de su libertad, obtener otro beneficio más preciado por el secuestrador.
Así ocurre a Nathan Conrad, un prestigioso y eminente psiquiatra infantil que examina a una joven con un historial de violencia inexplicada.
Se trata de Elisabeth Burrows, una adolescente que ha sufrido toda una serie de diagnóstico erróneos y a la que han sometido a una sucesión de tratamientos fallidos.
Al psiquiatra le secuestran a su hija de ocho años para que a cambio obtenga un número de seis dígitos de la joven Elisabeth, una paciente catatónica, que lleva diez años encerrada en su mutismo, traumatizada tras haber contemplado la muerte de su padre a manos de unos hombres que son ahora los que requieren esa clave para obtener el botín que les substrajo y dejó oculto en algún lugar.
El guion de esta película está extraído del libro No digas nada, escrito por Andrew Klavan, ganador del preciado Premio Edgar de novela negra.
Los productores de este proyecto lograron fichar a otro amante de esta obra, Michael Douglas, quien enseguida se mostró interesado en encarnar al protagonista, papel, por otra parte, pensado para él.
Después eligieron a Brittany Murphy para dar vida a la adolescente en cuyo poder se encuentra la clave.
No es el primer papel de paciente psiquiátrico de esta actriz ya que apareció como tal en Inocencia interrumpida.
Tanto Murphy como la joven Skye McCole Bartusiak, compañera de reparto, murieron jóvenes a causa de la consumición de drogas.
El psiquiatra tiene no sólo que ejercer su habilidad como profesional, sino convertirse en héroe y luchar contra reloj en el plazo impuesto por los secuestradores.
El film, que posee una trama psicológica interesante, deriva al final a la fórmula comercial con el consabido enfrentamiento con los malhechores para lograr la apetecida resolución feliz del caso, salvando la familia y algo más.
La correcta dirección del estimable Gary Fleder se ve apoyada por la credibilidad que muestran los actores en sus respectivos papeles cuyo trabajo es realzado por una buena fotografía y banda sonora, logrando así un aceptable entretenimiento.
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