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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ichiro Inuyashiki es un señor cercano a los 60, está casado y tiene dos hijos ya mayores, Mari y Takeshi. Acaba de suscribir una hipoteca para comprarse su nueva casa, que no le gusta a la familia, para la que él apenas si cuenta, sólo para llevar el sueldo a casa, de cuyo empleo están a punto de dejarlo en la calle.
Para colmo acaba de ir al médico que le diagnostica un cáncer que está muy avanzado por lo que le da tres meses de vida.
Él trata de decírselo a la familia, pero no le dan ocasión a ello ya que no le echan ni cuenta y hasta le faltan al respecto.
Una noche paseando a su perra Hanako, que ha encontrado en la calle y que su esposa no quiere que se la quede, es invadido por una luz cegadora, al igual que a un joven que también estaba allí, llamado Hiro.
Esta luz extraterrestre ha hecho cambios en sus cuerpos y les ha convertido en robots, aunque continúan con la misma apariencia humana, lo que le dota a ambos de unas cualidades especiales.
Ichiro se da cuenta de ello al tomar en sus manos a una paloma moribunda que resucita y echa a volar o al curar a una niña a punto de morir.
Por su parte Hiro ayuda a su amigo Ando del acoso que sufre en el colegio. Éste le comunica a su amigo Chokko cuales son sus poderes al disparar con su dedo índice a un pájaro volando y lo mata. Es el único que lo sabe, ni siquiera su familia.
La madre de Hiro tiene cáncer de páncreas del que se cura milagrosamente debido a su influencia sin que él lo sepa.
Pero no todas las acciones de Hiro son buenas, también roba y comete crímenes.
En estos dos personajes se dan el bien por parte de Ichiro y el mal encarnado en la persona de Hiro, por lo que cada uno actúa en consecuencia debido a esos poderes extraterrestres que les han dotado una tecnología alienígena con una fuerza ilimitada.
Entre ellos están el que de sus brazos le salga una poderosa arma o que de su espalda les surjan potentes reactores que hacen que puedan volar como cualquier superhéroe.
El guion de Hiroshi Hashimoto está basado en el manga creado por Hiroya Oku, pero como se puede observar, no es una historia muy habitual de esta clase de publicaciones.
Podríamos dividir su argumento en dos partes claramente diferenciadas, una primera con la presentación de los dos personajes protagonistas con sus acciones que llevan a cabo, aunque muy diferentes entre sí, y una segunda en la que Hiro es buscado por la policía por sus crímenes y amenazas de destrucción masivas, lo que hace que Ichiro disponga de su fuerza y su poder para tratar de darle caza y evitar la catástrofe que se avecina.
Esta segunda parte sí se parece más al género manga con la entrada de los efectos especiales y enfrentamientos propios del género de los films de superhéroes a la manera de Hollywood para satisfacer a los aficionados a esta clase de producciones.
Ambos actores están bien en sus respectivos personajes, Noritake Kinashi en su humilde papel de Ichiro Inuyashiki, un hombre apocado y sencillo, lleno de bondad, mientras que Takeru Satoh encarna a Hiro Shishigami, un joven guapo, arrogante y malvado al verse con unos poderes que les permiten hacer toda clase de fechorías.
Una película que confesamos ha sido toda una sorpresa que no esperábamos tratándose de un manga, bien dirigida por Shinsuke Sato, un director que acaba de cumplir cincuenta años, con docena y media de largometrajes, del que tan solo se han visto en nuestro país tres con éste que comentamos.
Premio a los mejores efectos especiales en el Festival de Sitges 2018.
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