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CRITICA
Por: PACO CASADO
La pasada crisis económica supuso una pérdida de puestos de trabajo y como consecuencia de ello los que más pagaron el pato fueron los empleados de mayor edad que se ven compitiendo con los más jóvenes, con sueldos inferiores, para hacer su trabajo aunque sin su experiencia, que nunca se tiene en cuenta.
Ahora cotizan al alza otros valores como la presencia física, la imagen, la juventud y el manejo de las nuevas tecnologías.
Tres amigos, Isidro, Arturo y Desiderio, se ven en el paro con más de 50 años, y deciden reinventarse emprendiendo un negocio juntos: montar una guardería que es para lo que tienen una mayor experiencia por su condición de abuelos.
Es la ópera prima del director palentino de 32 años Santiago Requejo que pasó por el Festival de cine en español de Málaga, que muestra la situación laboral de muchos hombres y mujeres en estos momentos y de paso quiere mostrar que el emprendimiento no es sólo para chicos menores de 30 años que intentan desarrollar algo en un garaje, sino que también sirve para mayores de edad o casi próximos a la jubilación condenados a ejercer de abuelos.
Los tres actores protagonistas son lo mejor de esta ópera prima en la que no es comprensible que se desvíe a otras subtramas que son menos divertidas que las peripecias que llevan a cabo los tres abueletes, pero que de alguna manera complementan la personalidad de cada uno de ellos.
Arturo es un autor de éxito, de novelas románticas, pero la última que ha escrito la editorial se la ha rechazado. Tiene una hija que ha vuelto de Argentina, tras la muerte de su madre, con un bebé en los brazos.
Isidro Hernández tiene 59 años, está casado con Amalia y lleva dos años buscando trabajo, haciendo entrevistas personales o dinámicas de grupo, como ahora las llaman.
Y Desiderio es viudo, vive solo, desea ser abuelo, y tiene hijo casado pero no se atreven a tener niños porque no tienen dinero ni para pagar el alquiler del piso y acaba regresando a su casa.
El guion ocupa buena parte de ellos enfrascados en buscar un local apropiado para plantar su guardería y entretanto va mezclando la problemática de cada uno de los tres amigos.
Más que una comedia podríamos decir que es un drama de estos tres hombres aún en edad de rendir para la sociedad, que no se resignan a no hacer nada, a no ser válidos a sus edades, que aportan su experiencia algo que pocos valoran, mientras plantea la problemática de la falta de puestos de trabajo, los alquileres de viviendas vacías, los préstamos bancarios, las relaciones conyugales, las hipotecas, el regreso al nido, paterno en este caso, el problema de los hijos cuando son pequeños y los padres trabajan y los dejan con los abuelos coartándoles la libertad.
Ciertamente la película contiene un guion bastante elaborado que sabe sacar partido de los temas planteados.
Es la ópera prima de Santiago Requejo que tiene un montaje que a veces entrecorta las situaciones en pro de una mayor agilidad narrativa, que alterna bien la problemática de cada uno de sus protagonistas que están muy bien en sus papeles, Carlos Iglesias, Roberto Álvarez y Ramón Barea y llama la atención de la presencia de dos grandes actrices a las que hacía tiempo que no veíamos en el cine español como son Mercedes Sampietro y la andaluza Ana Fernández en dos destacados personajes que afrontan con unas buenas interpretaciones, como es habitual en ellas, y a las que echábamos de menos últimamente.
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