. |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Diez años después de que Bienvenidos a Zombieland (2009) se convirtiera en un gran éxito de taquilla, con un corto presupuesto de 23 millones de dólares recaudó más de cien, y en un clásico de culto del género de terror, no nos extrañaría que esta secuela también triunfara ya que en este tiempo ha nacido una nueva generación que gusta de este género.
El principal reparto se vuelve a reunir junto al director y los guionistas, a los que se ha añadido Dave Callaham, para esta nueva entrega o secuela donde los personajes se siguen encontrando en un mundo posapocalíptico, en un auténtico caos, en el que los cuatro cazadores deben luchar contra nuevos tipos de zombis que han evolucionado, así como la aparición de unos supervivientes humanos.
Pero además se tendrán que enfrentar a los problemas y conflictos que se originan en el interior de su alocada e improvisada familia disfuncional, que tienen un completo manual de técnicas y reglas para evitar ser devorados para salir airosos de situaciones imposibles, especialmente Columbus.
Incluso en un mundo posapocalíptico dominado por la locura hay lugar para la esperanza y en ello cree el grupo de cazadores de muertos vivientes que en esta ocasión seguirá viajando y matando zombis, ya que tendrán que defenderse de unos nuevos que han surgido más evolucionados y peligrosos.
En un momento de su camino llegan a la Casa Blanca donde disfrutarán durante una breve estancia de todo lo que allí encuentran pasándolo bien.
El grupo sigue compuesto por Columbus y Wichita que forman pareja y Tellahassee y la pequeña Little Rock a la que protege y quiere como a una hija, lamentándose cuando ésta un día se marcha y encuentra a Berkeley, un cantante que le hace tilín, y en otro momento también tendrán un encuentro con la pija Madison y más adelante con Nevada, esta última en una especie de museo de Elvis Presley.
Se trata de una road movie sangrienta, en la que cada dos por tres hay un enfrentamiento salvaje con los muertos vivientes a los que destrozan de manera atroz, como una especie de leit motiv para la diversión del personal que gusta de esta clase de películas con las que se lo pasan bien, de ahí el éxito que tienen en las carteleras.
Todo en ella es exagerado, desde la propia interpretación de los actores hasta la descuidada realización que lleva a cabo Ruben Fleischer que tras ejercer de productor se pasó a dirigir debutando en el largometraje con Bienvenidos a Zombieland (2009), una parodia de los films de zombis, siendo esta secuela el cuarto título de su filmografía, que parece haber dirigido de memoria, con el piloto automático y dejando hacer a los actores cuantas ocurrencias le pasaran por la cabeza, porque la verdad es que prácticamente no hay argumento y las pocas líneas que posee son de lo más endebles, como así mismo los diálogos de una calidad ínfima y por otra parte con una realización plana y falta de ritmo.
Por cierto aunque figura en el reparto Bill Murray únicamente aparece en medio de los títulos de crédito en una secuencia que nada tiene que ver con la historia, no lo busquen en ningún otro sitio, lo avisamos por si quieren verlo.
No lleguen tarde o se perderán la pelea contra la dama de la Columbia.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
AUDIOS
PREMIERE