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CRITICA
Por: PACO CASADO
Este drama brasileño cuenta la historia de Eurídice de 18 años y Guida de 20 años, dos jóvenes hermanas muy diferentes pero muy unidas, que debido a ciertas circunstancias terminan siendo separadas muy a su pesar.
Estas dos chicas, nacidas en Río de Janeiro en los años 50, en el seno de una familia muy conservadora, compuesta por el tiránico Manoel y Ana, sometida a su marido, se abren paso en la vida pero deberán tomar finalmente el control de sus destinos, aunque vivirán creyendo de forma equivocada, que cada una está cumpliendo su sueño en otro lugar del mundo, sin saber que se encuentran a poca distancia una de la otra.
La ilusión de Eurídice es convertirse en una pianista famosa y para ello desea poder estudiar en el conservatorio de Viena, mientras que Guida su ilusión es encontrar un verdadero amor y constituir una familia.
Cuando Guida se enamora de Yorgos, un apuesto marino griego, se escapa de casa y termina marchándose con él a su país donde contraerá matrimonio.
Al poco tiempo, tras quedarse embarazada, descubrirá que él no es lo que románticamente pensaba que sería y vuelve a su casa, con su familia, pero el padre la repudia, la expulsa del hogar y le hace creer que su hermana se fue a Viena.
Entre tanto Eurídice contrae también matrimonio y sigue pensando que su hermana Guida continua viviendo en Grecia.
Guida por su parte sigue pensando que Eurídice permanece en Viena y como no sabe su domicilio envía sus cartas, cuyo texto conocemos leído en voz en off, a su madre para que ella se las remita, y ésta nunca lo hace, sin perder nunca la esperanza de poder volver a encontrarse de nuevo algún día.
Las vicisitudes que viven cada una son muy diferentes en una época en la que las mujeres eran tratadas como esclavas dedicadas al disfrute sexual del marido y a ser madre aunque no lo deseara.
Esta historia está basada en la adaptación, no muy fiel, que hace la guionista argentina Inés Bortagaray del primer libro de Martha Batalha, publicado en 2015, pero adelantando el tiempo en el que se desarrolla de los 30 a los 50 en el que se recogen las consecuencias de un rígido patriarcado en el que el honor de la familia no podía ser mancillado o de lo contrario el miembro que así lo hiciera era expulsado de la misma.
Esta novela es la que ha elegido el director brasileño Karim Aïnouz para contar en este melodrama la denuncia de la falta de libertad de la mujer en aquellos momentos en que se desarrolla la acción, siempre subordinada al mandato del padre o del marido como se puede ver en esta historia.
Guida no soporta su situación, se rebela y se marcha, teniendo por ello que sufrir las consecuencias de la pobreza para terminar siendo acogida con su hija por una mujer de buen corazón.
En cambio Eurídice se somete a su esposo y a los deberes de la maternidad.
La película hace una crítica a la sociedad de aquel tiempo y sobre todo a la situación de la mujer.
De este veterano director, Karim Aïnouz, hubo ocasión de ver en España en su día su ópera prima Madame Sata (2002) y ahora nos llega con su séptimo largometraje, un melodrama como los de antes, con un argumento que suele ser habitual en las típicas telenovelas, de hermanas separadas por caprichos del destino, en el que abundan las lágrimas, la sensualidad, el sexo y la violencia, pero también la solidaridad entre las mujeres.
Aïnouz la lleva a un ritmo bastante aceptable y con un más que correcto trabajo de las dos actrices que encarnan a las hermanas, Julia Stocker y Carol Duarte, como Guida y Eurídice respectivamente, que son los pilares de este film, y también hay que anotar la breve presencia de Fernanda Montenegro, una de las mejores actrices brasileñas de todos los tiempos, que aparece brevemente en el epílogo, encarnando a Eurídice ya vieja.
Como viene siendo habitual, le sobra metraje y sobre todo el confuso epílogo en el que el espectador se pierde sin saber quien es quien.
En la banda sonora sobresalen los temas clásicos a piano, instrumento que ilusiona a Eurídice.
La fotografía de la francesa Hélène Louvart realza la ambientación en los años 50 del pasado siglo.
Premio Una cierta mirada en el Festival de Cannes. Mención honorífica especial en el Festival de Denver. Cámara de oro 330 a la fotografía en el Festival de Manaki Brothers. Premio Apreci en el Festival de Lima. Premio CineCoPro en el Festival de Munich. Espiga de plata a la mejor película, Julia Stockler y Carol Duarte mejores actrices, Premio Fipresci y Premio Sociograph en la Seminci.
Es el film elegido por Brasil para competir en el Oscar a la mejor cinta en habla no inglesa.
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