. |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La película comienza con la celebración de la población francesa por la calles de París de la obtención del título del Campeonato del mundo de fútbol de Rusia y tras ello se pasa a lo que constituye el argumento a desarrollar.
Stéphane es un policía de provincias recién llegado de Cherburgo que se incorpora para trabajar en la Brigada Anti-Crimen del conflictivo distrito de Montfermeil, situado a pocos kilómetros del centro de París, al que ha pedido su traslado.
Allí conoce en seguida a sus nuevos compañeros de equipo, Chris y Gwada, dos agentes que son unos sabuesos experimentados, que en principio le gastan bromas al novato, que conocen a todos los delincuentes del distrito, los chanchullos del Alcalde del barrio, los problemas con los Hermanos Musulmanes y las amenazas de los gitanos.
Son unos agentes que actuan de una manera no muy ortodoxa, abusando de su autoridad, imponiendo su propia ley metiendo miedo más que ofreciendo autoridad, haciendo sus arreglos y trapicheos algo que no sienta bien a Stéphane.
También va a descubrir las tensiones que existen entre las diferentes bandas organizadas de delincuentes en lucha por el control del barrio que es un constante polvorín que sólo se salvaría con un compromiso político y social en el que no se ve un final.
Un día, un cachorro de león ha sido robado de un circo ambulante de unos gitanos y mientras proceden a la detención de Issa, el pequeño ladrón, el dron de su amigo Buzz está grabando cada acción y movimientos que realizan en esa misión, en la que Gwada dispara una pelota de goma contra el chaval de pocos años que pone en peligro su vida y a partir de ahí lo que importa es recuperar la tarjeta de esa grabación para no ser expedientados por la superioridad.
Inspirándose en los disturbios habidos en 2005, en el que murieron varios adolescentes que huían de la policiía, el director maliense Ladj Ly, que se crió y creció en el mismo barrio donde se desarrolla la acción, explora en el Montfermeil actual, el mismo lugar que Victor Hugo usó como decorado para una parte de Los miserables en 1862, pero es la única relación que tiene este film de igual título con la inmortal novela, lo que puede llevar a confusión de que se piense que sea una nueva versión de aquella célebre obra.
Han transcurrido más de 150 años desde entonces, pero los parecidos entre los enfadados jóvenes encapuchados de hoy y los del libro no pueden ser más evidentes.
Esta es la cinta que Francia ha enviado a los Oscar para pelear por la mejor de habla no inglesa, que es la ópera prima de Ladj Ly, en la que amplia su cortometraje de igual título por el que fue nominado al César, que toma el tema de los disturbios ocasionados en 2005 que se desataron tras la muerte de dos jóvenes musulmanes de origen africano mientras escapaban de la policía en Montfermeil.
La película que comienza casi como un documental de lo que ocurre en los bajos fondos, las mafias locales, la pobreza infantil, el fundamentalismo y los variopintos personajes que pululan por allí así como de los abusos policiales, acaba insertando la historia de estos agentes que transcurre durante dos días en verano, con unos giros de guion interesantes que enganchan al espectador para terminar sin dar una solución al conflicto sino dejando el final abierto en un plano congelado tras el cual el espectador tendrá que elegir lo que ocurre.
Está rematada con la frase de Victor Hugo: "Amigos míos, retened esto: no hay malas hierbas, ni hombre malo, solo malos labradores."
Es la favorita en los César y en los premios europeos de este año.
Premio de los críticos griegos y del público en el Festival de Atenas. Premio del jurado en Cannes. Premio Michel d'Ornano en Deauville. Mejor film y guion en el F. de Durban. Premio del público en el F. de El Gouna. Premio de la Fundación Gabriel Sherover en el F. de Jerusalen. Premio a Ladj Ly en Palm Springs.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
AUDIOS