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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque se dice que es un remake de la película de igual título La montaña embrujada (1975), dirigida por John Hough, con Eddie Albert, Ray Milland y Donald Pleasence, basada en la novela Escape to witch mountain, de Alexander Key, que dirigía John Hough, pero casi nada tiene que ver esta versión con aquella.
Allí dos niños, Tony y su hermana Tia, adoptados por la familia Mallone, tenían poderes mágicos y un magnate de la industria quería tenerlos para beneficiarse en sus negocios.
La cinta tuvo incluso una secuela, Los pequeños extraterrestres.
Aquí son Sarah y Seth, dos niños extraterrestres que llegan a la Tierra en busca de soluciones para salvar su planeta y toman el taxi de Jack Bruno para ir a la Montaña embrujada donde se encuentra la solución y a ello le ayuda una especialista en ovnis.
Como se puede comprobar los argumentos son bien diferentes y únicamente coinciden en el final en la citada montaña.
El guion ha tomado la idea, la ha transformado y modernizado, la ha adaptado al tipo de cine familiar de la Disney, la ha cuajado de acción y asombrosos efectos especiales y ha hecho un producto apto para chicos y mayores, donde los pequeños lo pasan bien con las aventuras de estos dos jóvenes protagonistas y los adultos tampoco se aburren.
En esta ocasión los buenos son los marcianos y los malos el ejército, que los quiere atrapar para sus experimentos.
La realización resulta mecánica y sin complicaciones y espectacular la música de Trevor Rabin.
Dwayne Johnson se encuentra cómodo, en su ambiente con tantas persecuciones, secuestros y rescates y en cuanto a que sea un film infantil ya hizo con anterioridad Papá por sorpresa (2007). Está bien secundado por Carla Gugino, que ya se vio en producciones parecidas y la pareja de jóvenes actores cumple con eficacia interpretando los buenos sentimientos que desarrollan sus personajes.
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