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CRITICA
Por: PACO CASADO
El extraterrestre conocido como el erizo azul más veloz y travieso del universo, procedente de un planeta desconocido, huye de su hogar y desemboca en esta aventura familiar que mezcla personajes de animación con actores de carne y hueso de imagen real tan famosos como James Marsden, que interpreta a su amigo el policía Tom Wachowski, o Jim Carrey en el papel del malo de la historia que le persigue, en compañía de su ejército de drones, actor que aparece con un look desconocido pero igualmente pasado de rosca como es habitual en él casi siempre.
La falta de imaginación de los guionistas actuales del cine de Hollywood es palpable y evidente ya que no hacen más que adaptar series televisivas, cómics o videojuegos, como este es el caso, aunque estos últimos no suelen dar buen resultado a menos que tengan una gran campaña publicitaria como sucede esta vez.
Basada en el famoso videojuego que sacó la empresa Sega creado en el año 1991 por Naoto Ohshima, se convirtió en una de las series más vendidas de la historia en todo el mundo.
Esta es la primera incursión que hace en el cine este azul personaje, que narra cómo recién llegado al planeta Tierra, al pequeño pueblo de Green Hill en Montana, encuentra aquí un nuevo hogar y a su mejor amigo Tom, que va a ser trasladado a la ciudad de San Francisco, en compañía de su esposa Maddie.
Sonic tiene, además de su endiablada velocidad, unos anillos que les permiten teletransportarse.
El pequeño personaje divirtió a la generación de niños de la década de los años 90 y también se convirtió en una figura de cómic y de dibujos animados, pero su diseño tuvo su polémica al verterlo al cine y hubo de ser dulcificado.
En esta comedia de aventuras de imagen real, Sonic y Tom, su nuevo amigo íntimo, unen sus fuerzas para defender el planeta del malvado doctor Robotnik y arruinar sus planes para apoderarse del mundo.
Confesamos que a nuestra edad nos cogió ya un poco mayores como para perder el tiempo cuando aparecieron en el mercado los videojuegos, a los que no hemos jugado en la vida, ni entendemos de ellos y por ende no conocíamos el que tiene por base esta película.
La historia, como se puede ver, se reduce a esas pocas líneas, que son estiradas con algunas de la andanzas que ambos recorren a lo largo de la trama huyendo del doctor Ivo Robotnik que trata de hacerse con el endiablado personaje azul para obtener sus poderes y dominar el mundo (¿les suena esto último?) algo que no resulta muy original que digamos.
El guion escrito por Josh Miller y Patrick Casey no ha prestado mucha atención al desarrollo de los personajes, que por otra parte no son tantos, ni tampoco a los diálogos que no son un dechado de inteligencia.
En lo referente a la dirección, primera de Jeff Fowler, no ha sabido enmendar el embrollo con una puesta en escena que confunde velocidad con ritmo, la que tiene el bichejo y le falta a este film.
La velocidad del sonido que practica a cada instante este sarcástico demonio azul es realmente mareante.
Al menos deja una nota positiva sobre la ventaja de la amistad.
Lo peor es que se nos amenaza con una posible continuación.
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