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CRITICA
Por: PACO CASADO
Han sido muchas las producciones sobre el mundo del boxeo, unas como fondo de argumentos de gángsteres y otras como biografías de ídolos de este deporte, pero aún faltaba la de Rubin Huracán Carter, un hombre de color al que se le privó del título de campeón de los pesos medios en un robo racista y se le condenó a tres cadenas perpetuas por el asesinato de otras tantas personas blancas, que no cometió.
En 1966 el boxeador Rubin Carter y otro joven se ven obligados a cumplir cadena perpetua por la muerte de tres personas en un bar de Nueva Jersey.
Años más tarde, en la cárcel, el deportista escribe su autobiografía titulada El 16º asalto.
Comienza como una película de boxeo, continúa como un film carcelario y termina como una cinta de juicios.
Toma la historia cuando de niño es encerrado durante diez años en un correccional y es perseguido sistemáticamente por un policía que juró acabar con él por ser negro.
La segunda parte muestra los 22 años de prisión, condenado con falsos testigos y pruebas manipuladas.
Estudió y se hizo un hombre de provecho, escribió su biografía, que fue un grito de libertad contra la injusticia cometida con él y con los de su raza.
Bob Dylan hizo también una balada sobre su vida en 1973.
La tercera parte la constituye su amistad con un adolescente de su raza que le anima a demostrar su inocencia y a luchar por la libertad, y los juicios que les sacan de la cárcel.
Aunque Carter ataca el racismo de la sociedad norteamericana, la película no es un alegato antirracista, sino un drama conmovedor y alentador acerca de alguien convencido de su inocencia, que lucha por una causa justa.
Un relato de superación de un hombre que combate el odio racista que hay en su entorno y logra encontrarse a sí mismo.
Para el guion era complicado resumir los 62 años de vida que tiene en la actualidad Rubin Carter y aunque condensa los juicios y resume algunas cosas, no puede evitar que se estanque y se desequilibre, perdiendo ritmo la realización en algunos momentos, aunque realmente consigue alzar el vuelo al final.
Esta cinta autobiográfica está dirigida por el octogenario realizador canadiense Norman Jewison, un honesto y buen artesano capaz de conseguir lo mejor cuando tiene un buen guion en sus manos, un cineasta habituado a contar historias con un contenido social, y la que nos ocupa es de sus favoritas.
En este caso narra bien y tiene a su favor un gran actor, Denzel Washington, que se preparó físicamente durante un año para hacer este personaje, se entrevistó varias veces con el boxeador y logró el Globo de Oro, el Oso de plata en Berlín y está nominado al Oscar.
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