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CRITICA
Por: PACO CASADO
Stanley Kubrick no se prodigaba mucho, su filmografía era bastante reducida y por ello cada producto que hacía estaba cuidado al máximo y llamaba mucho la atención.
Con 'La naranja mecánica' (1971) se produjo un tremendo escándalo debido a la violencia de sus imágenes y estuvo prohibida en nuestro país durante cuatro años hasta que finalmente desapareció la censura.
Su exhibición causó un fuerte impacto en el público por su densidad temática y por su puesta en escena, aunque corría el peligro de que el espectador se quedase en la superficie de lo que quería expresar, deslumbrado por la belleza de su fotografía y la modernidad de sus estupendos decorados.
En un futuro próximo, un sádico y violento líder de una pandilla de jóvenes, es encarcelado y se presenta voluntario para realizar un experimento de aversión a la conducta, pero no sale tal como estaba planeado.
El protagonista de esta historia es Alex DeLarge, un joven ultraviolento, que vive en Inglaterra, que termina arrestado y condenado por violación y posterior asesinato de la víctima.
Mientras está en la cárcel, Alex se entera que se va a realizar un programa experimental con los convictos para detectar el grado de violencia de cada uno.
Si se presenta voluntario para entrar en el programa, su condena será reducida y podrá estar fuera antes de lo que tenía determinado en su condena.
El guion está basado en la novela homónima de Anthony Burgess, uno de los escritores más destacados del Reino Unido.
Stanley Kubrick recrea su obra sin hacer un sermón sobre la violencia y sus consecuencias, sino simplemente haciendo un sincero alegato a favor de la inalienable libertad del hombre y sus más sagrados derechos como ser humano.
Utiliza la violencia y el sexo como camino y no como destino final, expuestos sin complacencia, ni en una exhibición morbosa.
El hombre es libre para escoger su condenación o su salvación y no convertirse en un ser mecánico que sería la más exacta traducción del título original en lugar del que mundialmente se aceptó.
El film tiene dos partes, una primera en la que se expone el tema, llevada a cabo con un ritmo sorprendente, y una segunda con las reacciones del protagonista al comportarse así tras el experimento Ludovico.
Es en esta última etapa donde encontramos la moraleja de la cinta y en la que se saca sus consecuencias, en un mundo corrompido y violento como el actual.
Fue nominada a cuatro Oscar, tres Globos de oro y siete Bafta. Premio Hugo a la mejor presentación dramática. Nastro d'argento al mejor director extranjero. Premio Pasinetti al mejor film extranjero en la Mostra de cine de Venecia.
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