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CRITICA
Por: PACO CASADO
La directora india, afincada en el cine norteamericano, Mira Nair aborda una novela de Jhumpa Lahiri, que ganó el premio Pulitzer, que tiene varios puntos afines a ella en cuanto a los temas que trata.
Es la historia de un matrimonio concertado, como es tradicional en la India, entre Ashoke Ganguly, un profesor que trabaja en Nueva York, y Ashima, una joven que estudia canto, un enlace que se celebra en Calcuta y acto seguido se marchan a Estados Unidos donde tendrán un hijo, al que ponen de nombre Gogol, y unos años más tarde una hija a la que llaman Sonia.
Ella tendrá que hacerse a las nuevas costumbres, clima diferente y la forma de vida americana, pero los hijos, ya nacidos en el país de las oportunidades, se sentirán norteamericanos y de alguna forma renunciarán a las tradiciones bengalíes que han procurado conservar sus padres, así que cuanto tienen oportunidad de visitar la India se sentirán como auténticos turistas que se quedan asombrados ante la contemplación de la maravilla y la belleza del Taj Mahal.
Gogol renunciará a su propio nombre, puesto por su padre en memoria del escritor ruso, estudiará en la universidad de Yale, se integrará con sus compatriotas neoyorquinos y se enamorará de una rica chica norteamericana en contra de su pasado, a pesar del consejo de abrazar lo nuevo pero sin olvidar la viejo, ni abandonar sus costumbres tradicionales.
Hay un auténtico choque de culturas, una lucha soterrada entre la tradición y la modernidad, entre la primera y la segunda generación, entre los que no hay mucha comunicación y un toque de crítica a la inmigración.
Mira Nair vuelve a un tema con el que se siente identificada ya que ella también es emigrante y ha tenido que aclimatarse a la nueva vida al otro lado del mundo, a la modernidad y a olvidarse, tal vez, de sus tradiciones, por lo que hay mucho de ella en esta historia de Jhumpa Lahiri cuya novela se hizo muy popular en los Estados Unidos.
El guion recoge una narración larga que abarca dos generaciones, donde suceden muchas cosas, problemas familiares, nacimientos, muertes, enfermedades, rupturas y una vuelta a las raíces, con un tono introspectivo, lento a veces, con una aceptable dirección de actores, sobresaliendo Tabu en el papel de la madre, sobre la que recae el mayor peso, y es al mismo tiempo la que sirve de unión a este entrañable relato familiar con respeto a los mayores.
Premio Afrodita de oro en el Festival de Bulgaria. Premio Stardust a Irrfan Khan en la India.
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