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CRITICA
Por: PACO CASADO
El joven soldado norteamericano Andrew Briggman es un ambicioso miembro de infantería que acaba de incorporarse al ejército en un pelotón en Afganistán.
Trata a diario por destacar dentro de un escuadrón para poder conseguir algún mando.
Cuando el jefe del grupo es relevado por un nuevo líder, el sargento Deeks, Briggman se siente obligado a intentar imitar su peligrosa conducta, lo que le lleva a alcanzar pronto el puesto como segundo de la unidad.
Sin embargo, cuando Brggman es testigo de que el pelotón comienza a matar a civiles inocentes, se verá perturbado por el comportamiento de su jefe, un tipo de una pieza, sin piedad y se enfrentará a un dilema moral.
A partir de esos momentos se verá obligado a decidir entre denunciarlo, poniendo su vida en peligro de inmediato, o callarse y tratar de no participar en lo que cree que son crímenes contra los derechos humanos.
La historia comienza con la despedida de su hogar de Andrew Briggman, con los consejos de su padre que sirvió en la Marina, pero en la administración, y su incorporación al batallón.
De inicio son unas simples maniobras de rastreo hasta que empiezan a ocupar algunas aldeas en busca de unos detonadores y de paso cometen asesinatos de personas inocentes sin más justificación.
Ante esta situación Andrew le pide consejo a su padre cuando habla con él por teléfono y está dispuesto a denunciarlo, pero su compañero Márquez lo intenta, lo que le cuesta una brutal paliza e ir al hospital y cuando regresa lo hace en serio.
Al final de los créditos sabremos lo que ocurrió con cada uno de ellos.
Se trata de una coproducción entre Estados Unidos y España en la que esta última aporta el paisaje de Formentera y el personal auxiliar, prácticamente todo él español.
El guion del propio director Dan Krauss, que se basa en un documental de igual título de 2013, realizado por él mismo, que era el primero que hacía, que recogía en sus imágenes un hecho real, sucedido en el valle de Kandahar en el año 2009.
Para ello se apoyó en el hecho real ocurrido a Adam Winfield (para la ficción se cambiaron los nombres) como igual pasa al contar esta historia ahora en el largometraje homónimo, con un afán de denuncia de lo que allí sucedió, personificado en los que llevaron a cabo esas atrocidades, olvidándose de las victimas.
Dan Krauss comenzó en el cine como director de fotografía con más de dos docenas de títulos en su haber, pero decidió pasarse a dirigir y tras hacer una media docena de documentales se ha decidido por el largometraje de ficción con 'Escuadrón de la muerte' (2017) que es su ópera prima, que dirige de forma ortodoxa y solvente sin complicarse a la hora de determinar encuadres o planos para poner esta historia en imágenes.
Dispone de un cuadro de actores norteamericanos, la mayoría jóvenes, como corresponde a los papeles de reclutas del ejército que tienen que interpretar, con Alexander Skargard a la cabeza como el más veterano y con más experiencia, en un ambiguo personaje falto de moral, algo de que además presume ante sus soldados.
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