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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay diversos caminos o fórmulas para llegar a dirigir una película, bien estudiar en una escuela, ser rico o hijo de papá, actor famoso que se harta de actuar y se pone detrás de la cámara, el guionista que prefiere ser él quien convierta en imágenes sus ideas y hasta el especialista que tras actuar en muchas de ellas, hace varios cortos para probar y termina haciendo un largo.
Este último es el camino elegido por Sam Hargrave que tras tener en su haber 80 actuaciones como stuntman, interviene en casi una treintena de ellas en ocasionales papelitos de actor, dirige cinco cortos y cuando se da cuenta está al frente de un largometraje de, imaginamos, un gran presupuesto, y como no puede ser de otra manera, de mucha acción, como hacía tiempo que no veíamos.
Cuenta la historia de Tyler Rake, un mercenario que se dedica a rescatar personas, trabajo por el que cobra, naturalmente, cuando alguien ha sido secuestrado y piden por ello un rescate.
En este caso la víctima es el hijo adolescente de un señor de la mafia india y del crimen internacional que está pagando por sus delitos de tráfico de armas y droga en una prisión.
Cuando Amir Asif, el mayor traficante de drogas de Bangladés, capo de la mafia tailandesa, secuestra a su hijo de 14 años, Ovi Mahajan, Saju, su mano derecha, encarga a la organización que dirige Nik Khan, para la que trabaja Tyler, llevar a cabo su rescate.
El trabajo lo realiza pronto, no sin muchas dificultades y problemas, pero después se niegan a pagar, por lo que Tyler decide no entregarlo, lo que pone en peligro su vida y la del pequeño.
La acción tiene lugar en Dhaka, la capital de Bangladés.
El guion, que se basa en la novela gráfica Ciudad, de Ande Parks, con ilustraciones del dibujante argentino Fernando León González, publicada en 2014, de la que se ha cambiado el sexo del chico y la ciudad del Este de Paraguay por Dhaka, de Banglades, se compone de una serie de secuencias de acción, alguna se hace interminable de más de diez minutos, con una gran cantidad de violencia, y otras bastante sádicas y sangrientas, en una constante persecución de los dos protagonistas, con incluso cambio de bando de algunos de los personajes para dar un poco de más emoción al relato, lo cual no es nada nuevo.
Tan sólo hay unos momentos de respiro en los que Tyler y Ovi se sinceran y se cuentan algunos hechos de su vida lo que les hace estar más unidos y así conocemos algo más de ellos.
El film es el típico tebeo de acción, nunca mejor dicho dado su origen, llevado a cabo de una manera espectacular, con escenas increíbles y a cual más imposible, en las que a pesar de la gran cantidad de disparos de que son objeto, salgan con vida, aunque no ileso Tyler de las varias peleas a las que se enfrenta.
La historia arranca con un gran flash back para volver finalmente al inicio y en este caso no se cae en el previsible tópico de terminación de la historia.
Chris Hemswork se está convirtiendo, poco a poco, en uno de los actores de moda en el cine de acción, bien sea con personajes de superhéroe o de especialista en este género y aquí está bien.
La cinta es puramente convencional, espectacular en la acción, no apta para todos los públicos por su extrema violencia, pero disfrutable para los amantes de esta clase de cine, aunque mejor luciría en una sala de proyección.
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