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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay que decir, ante todo, que estamos ante una bella historia de amor romántico producido por el célebre magnate y pionero de la aviación Howard Hughes.
Un reactor ruso invade territorio norteamericano y a través del radar se detecta que se desea aterrizar por falta de combustible.
Al salir del avión decubren que el piloto es una bella mujer, Anna.
Entre el comandante James Shanon y Anna surge una fuerte atracción qye utilizarán los altomas mandos para recibir información y saber hasta donde llega el conocimiento de los rusos en cuestión de armas de combate.
Al descubrir que Anna, además es una espía, deciden deportarla pero no han contado con los sentimientos de los dos jóvenes enamorados que secretamente se han casado.
El teniente coronel Jim Shannon recibe la orden de escoltar a Anna.
Durante ese breve contacto que se produce entre ellos, surge el amor entre ambos, pero Anna decide volver a la Unión soviética, aunque intenta llevárselo con ella, pero él tiene otros planes.
Está realizada por el famoso Josef von Sternberg, el director austriaco que lanzó a Marlene Dietrich en la película El ángel azul (1930), que tan clamoroso éxito alcanzó en su tiempo, que es un hombre que domina perfectamente el lenguaje cinematográfico.
Como decíamos al comienzo es una historia de amor, a la que ha sabido darle el interés de concentrarla en torno a esos dos personajes de dos nacionalidad tan distintas y tan diferentes entre sí, uno norteamericano y el otro ruso.
Con el contraste entre estos dos tipos de personas se ha tejido por parte de John Furthman un leve relato que, a pesar de estar tomado en tono de comedia en cuanto a su forma, encierra en sí mucha ironía e intención en su fondo, ya que al compás del desarrollo de esos dos personajes mencionados, se dicen cosas muy interesantes y sobre todo de palpitante actualidad.
La historia está ambientada en plena Guerra fría entre los dos países, por lo que se aprecian a lo largo de la trama críticas acerca del comunismo.
Aunque fue rodada bastantes años antes debido a dificultades de distribución no se ha estrenado hasta ahora, por lo que en algunas espectaculares secuencias aéreas los modelos de aviones que intervienen resulta que no son el último modelo que correspondía a los años en que se desarrolla el relato.
La forma en la que está contado este film es muy buena y además tiene una fotografía de Winton C. Hoch de una gran calidad, en la que ha sabido recoger planos de una notable belleza, en la que los aviones a reacción nos transmiten la emoción de sus vuelos y la majestuosidad de sus estilizados modelos.
La música de Bronislau Kaper es muy correcta, aunque sin relieves especiales.
Los actores están todos muy ajustados a sus respectivos papeles, sobresaliendo el buen trabajo de un gran actor como John Wayne e igualmente de Janet Leigh, que ha sabido darle a su personaje toda la femineidad y sinceridad que se le pedía.
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